Romain Grosjean fue víctima de un inusual suceso en Malasia. Durante la segunda sesión de entrenamientos libres que se disputó el viernes, la tapa de una alcantarilla situada en la curva 12 se aflojó y el francés pasó por encima de ella, destruyendo su neumático en el proceso. Grosjean no pudo controlar el coche e impactó contra las protecciones a una velocidad de 280 kilómetros por hora. El piloto salió ileso del accidente a pesar de la fuerza del golpe, pero el coche sufrió graves daños.

El equipo Haas tuvo que trabajar durante la noche para reconstruir el monoplaza prácticamente por completo, pues pocas partes pudieron reutilizarse tras el incidente. La estructura estadounidense estima que el coste de los daños asciende hasta los 750.000 dólares y ha pedido al circuito de Sepang una compensación económica al ser un accidente causado por factores externos al piloto y a la escudería.

“Tenemos que hacerlo. Fue algo que no estaba en nuestras manos. No puedo decir ‘Vamos a gastar tres cuartos de millón porque a alguien se le olvidó soldar algo’. Pagamos una tasa para venir aquí y es en plan… ¿En serio? Lo hablamos y fuimos muy profesionales con respecto a ello. Tienen un seguro, así que veremos lo que podemos hacer”, explicó Gunther Steiner.

El interés sobre una posible compensación ha llegado a otros equipos y pilotos. Lewis Hamilton preguntó por quién cubriría los costes de los daños del monoplaza en el briefing de pilotos que tuvo lugar el viernes por la tarde en Sepang. Charlie Whiting sugirió que Haas tendría que tratar el tema de la compensación con los organizadores del Gran Premio.