Pierre Gasly no olvidará fácilmente un nefasto Gran Premio de Rusia, donde un fallo en los frenos afecto a los dos Toro Rosso dejándolos fuera de carrera a las primeras de cambio. El francés perdió el control de su vehículo a gran velocidad, derrapando hasta quedarse a poca distancia de las barreras.

No fue sin embargo el mayor susto que se llevó el piloto francés durante su corta participación en carrera. Tal y como cuenta el piloto, un objeto le golpeó directamente en el casco, quedándose el piloto paralizado pues vio cómo la pieza se dirigía directamente hacia él.

“Un trozo de carbono vino directamente hacia mi visera, así que ha sido realmente aterrador. Pensé que iba a atravesar e ir directamente hasta mi ojo. Finalmente fue a la visera y se quedó en el habitáculo. Tuve que coger la pieza con mis manos y arrojarla fuera del vehículo.”

Motor vehicle, Vehicle, Car, Helmet, Mode of transport, Automotive exterior, Automotive design, Auto part, Driving, Personal protective equipment, pinterest

“Venía hacia mi, directamente a mi ojo derecho. Cuando lo vi fue como ‘atravesará el visor’. Pero finalmente el visor aguantó y acabó dentro del coche. La visera es bastante fuerte, pero tal vez tenemos que seguir mejorando y hacerla más fuerte. Fue en la salida de la curva dos y ahí no se va muy rápido, no fue tan grande como si lo hubiera golpeado a 300 kilómetros por hora.”, concluyó el de Toro Rosso.

Tanto Jean Todt como Charlie Whiting corrieron apresurados a presumir de las bondades del ‘halo’ cuando el Sauber de Leclerc presentó marcas de neumáticos sobre este elmento de seguridad, asegurando que había salvado una vida, y de forma torticera y sin aportar más datos, aseguraron que el ‘aeroscreen’ de la Indycar no hubiese sido tan efectivo, posicionándose a favor del elemento diseñado por la FIA en lugar de la propuesta americana.

En esta ocasión, en la que un objeto se introduce en el habitáculo, pues el ‘halo’ no es una protección más que ante grandes objetos, se guarda silencio, y ningún representante oficial se aventura a decir que el ‘aeroscreen’ americano hubiera sido más afectivo. Tal y como rezó el piloto, suerte de que fue en una curva lenta y a saber qué hubiera ocurrido de ser el impacto en una zona de 300 kilómetros por hora. Silenzio Stampa.