El piloto británico de Indycar y expiloto de Fórmula 1, Justin Wilson, ha fallecido esta madrugada (hora española) a causa de las graves heridas en su cabeza que le mantuvieron varias horas en coma después de ser golpeado en la cabeza por la nariz del monoplaza de Sage Karam en Pocono el pasado domingo.

Desde el primer momento en el que fue atendido y trasladado al hospital las noticias no fueron buenas, pues su estado ya era crítico. Pese a los esfuerzos de los médicos por salvar su vida, el piloto de 37 años no ha podido ganar la batalla.

Su familia (estaba casado y tenía dos hijas) se ha despedido así de él: "Justin era un padre cariñoso y un marido fiel, así como un piloto de carreras muy competitivo que era respetado por sus compañeros. A la familia le gustaría dar las gracias al staff del Hospital Cedar Crest, al Pocono Raceway, al equipo Andretti Autosport y a las IndyCar Series así como a toda la comunidad del motor por el increíble apoyo de los aficionados de todo el mundo".

Por su parte desde las IndyCar Series, quienes anunciaron la triste noticia, mostraron su dolor por la pérdida de uno de sus hombres más queridos y respetados en el paddock.

"Este es un día tremendamente triste para la IndyCar y la comunidad del motor", afirma Mark Miles, responsable de la categoría y del Circuito de Indianápolis. "Las habilidades de Justin para pilotar un coche de carreras fue igualada por su inquebrantable bondad, carácter y humildad, algo que le convirtió en uno de los miembros más respetados del paddock. Como sabemos, la industria de las carreras es una gran familia y nuestros esfuerzos de ahora en adelante se centrarán en estar cerca de la familia de Justin para asegurarnos de que reciben el apoyo necesario en estos momentos tan difíciles".

Se trata del primer fallecimiento de la Indycar desde el de Dan Wheldon en la carrera de Las Vegas, que ponía fin a la temporada 2011.

Wilson no estuvo demasiado tiempo en la Fórmula 1. Debutó en 2003 con el equipo Minardi antes de pasar a mitad de temporada al equipo Jaguar. Su sueño de triunfar en el Gran Circo, donde ya sumaba un punto tras acabar octavo en el GP de Estados Unidos, acabó al final de ese mismo año al no encontrar un asiento en el que continuar su formación en 2004 . A partir de ahí, corrió en la Champ Car hasta 2007 y desde 2008 era un fijo en la parrilla de la IndyCar, donde deja un bagaje de tres victorias y otros nueve podios.