Difícilmente Marcus Ericsson olvidará el accidente que sufrió en los segundos entrenamientos libres del Gran Premio de Italia de 2018. El piloto de Sauber iba a máxima velocidad, cuando al pisar los frenos para encarar la primera chicane, el coche fue directamente contra el muro, avanzando metros de forma lateral, lo que finalmente desembocó en las tan desagradables vueltas de campana.

El sueco salió ileso del accidente, y tras la visita obligatoria al centro médico, fue rápidamente al box para animar a los mecánicos, que ya eran conocedores de que iban a tener por delante una noche muy larga para arreglar los desperfectos del monoplaza.

Aunque se especuló con un cambio total, es decir, estrenar chasis y montar todos los elementos nuevos, finalmente el equipo suizo no lo vio necesario, salvando prácticamente todos los componentes de la unidad de potencia a excepción del motor de combustión interna, del que se han visto obligados a estrenar uno nuevo.

Se trata del primer componente del equipo Sauber que excede los límites impuestos por el reglamento para toda la temporada, es decir, el cuarto motor de combustión interna. Por lo tanto, el piloto sueco llevará una sanción de 10 posiciones en la parrilla de salida, lo que le relegará a las últimas posiciones junto a los también sancionados Daniel Ricciardo y Nico Hülkenberg.

No así Max Verstappen, donde si bien la FIA emitió un primer comunicado donde se habló del mismo número de piezas cambiadas que Daniel Ricciardo, finalmente se corrigió dicha comunicación, eliminado al piloto neerlandés, al que finalmente si le han cambiado el motor de combustión interna por la última especificación Renault, que en el caso del piloto de Red Bull, no conlleva sanción al ser la tercera de la temporada.