Alguien dijo una vez que a veces uno tiene que hacer algo prohibido para sentirse vivo. Ya pueden reprimirle e incluso penalizar a Sebastian Vettel después de saltarse todos los protocolos tras ganar en India. Nadie le quitará nunca el sabor de disfrutar del automovilismo haciendo vibrar al público tras conquistar lo que hasta ahora nadie a su edad ha conseguido nunca: cuatro campeonatos mundiales consecutivos.

Entra en la leyenda, si es que ya no lo estaba, y le quedan muchos años por delante para seguir dando guerra, con o sin Red Bull. La carrera india ha sido otra muestra de superioridad de los de Milton Keynes, con estrategias diferentes y diferentes suertes en la pista: Mark Webber abandonó por problemas mecánicos cuando podría haber completado un doblete más que desmoralizador para sus rivales.

ALONSO: "AQUÍ GANA EL MEJOR"

Pero no fue una carrera exenta de imprevistos: los problemas estuvieron planeando, sobre todo después del abandono en la vuelta 39ª de su compañero de equipo, Webber, debido a un fallo del alternador (otra vez). A ocho vueltas del final, Vettel dejó de usar el sistema de hidratación y el KERS para no agotar la batería de su coche y poder llegar a la meta.

Por detrás, Fernando Alonso, el único piloto capaz de chafarle la fiesta al alemán, no tuvo opción al tocarse con Webber en la salida. El australiano de Red Bull estaba en plena lucha con el Lotus de Kimi Raikkonen en la primera curva cuando ambos se tocaron y zigzaguearon, despistando al español de Ferrari que, justo detrás, contravolanteó y no pudo evitar tocarse con la parte trasera del RB9. El alerón delantero se dañó.

En su tormentosa primera vuelta, su Ferrari también se encontró con el McLaren de Jenson Button: “En la salida de la cuarta curva”, comenta el británico, “Fernando Alonso me ha dado bastante fuerte. No sé por qué no trazó el vértice, pues le di bastante espacio". El goteo de segundos perdidos por sector desde entonces por el español era evidente, y en la segunda vuelta paró para cambiar su morro completo: “Mi carrera se hipotecó por el incidente de la primera vuelta”, comenta el español.

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Salida del GP de India que provocó el contratiempo de Alonso

Desde entonces, Alonso notificó problemas de rendimiento de su monoplaza que le impidieron rodar a buen ritmo, y que le llevaron a enfrentarse con pilotos del pelotón en desventaja hasta sufrir en cada lucha para firmar un insípido undécimo lugar, que ni siquiera le permite sumar puntos para ayudar a Ferrari en el Campeonato de Constructores, ya en manos de Red Bull: “La dirección estaba dura hacia la derecha. Con una parada extra y sin posibilidades de adelantar, ha sido un sufrimiento. Debo felicitar a Vettel, porque aquí, igual que en otros deportes, gana el mejor".

RED BULL Y SUS ESTRATEGIAS

Vettel sorprendió con su prematura parada en la segunda vuelta para quitar los neumáticos blandos y montar los medios. Descendió al 17º lugar, y desde ahí fue remontando rápidamente. Por su parte, Felipe Massa demostraba su mejor cara adelantando a ambos Mercedes hasta hacerse con el liderato de la carrera hasta que paró en la séptima vuelta.

Webber heredaba la primera posición y quedó patente que las estrategias de los 'toros' eran las correctas. El doblete estaba asegurado, aunque la avería del alternador del monoplaza del australiano chafó la fiesta plena. Tras las últimas paradas, Vettel regresaba a la primera posición aumentando vuelta a vuelta su ventaja. Imparable.

INCREÍBLE DOBLE ADELANTAMIENTO DE PÉREZ

Otras estrategias más arriesgadas asumieron Sergio Pérez, Daniel Ricciardo y Adrian Sutil, corriendo largas tandas con los neumáticos medios con los que tomaron la salida. Romain Grosjean usó un juego de blandos para remontar de la posición 17ª a la quinta gracias a trece vueltas impresionantes. En la recta final de la carrera, Raikkonen rodaba segundo (tras las paradas de Ricciardo y Sutil), a veinticinco segundos de Vettel. Pero estaba claro que el finlandés iba a sufrir mucho con unos neumáticos que se estaban deshaciendo.

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Kimi Raikkonen por delante de Jean-Eric Vergne y Jenson Button

El primero en adelantarle fue Nico Rosberg, en la vuelta 52ª, que finalmente logró la segunda posición. Mientras tanto, Grosjean completaba su impresionante carrera con un duelo fratricida con su compañero de equipo en la vuelta 56ª. Ambos se enfadaron entre sí y tuvieron más que palabras por la radio. Pero el caso es queel francés tenía el tercer escalón del podio. Inmediatamente después, Massa superó a Räikkönen (que al tratar de defenderse casi toca al brasileño en la recta principal) y logró una meritoria cuarta posición.

A dos vueltas para el final, Pérez demostró su valía con una impresionante lucha ganada sobre Lewis Hamilton y el piloto finlandés. El mexicano lograba una gran quinta posición final con un espectacular doble adelantamiento en la recta de atrás: “Ha sido una sensación increíble adelantar a Räikkönen y Hamilton en un solo movimiento. Un quinto lugar es un gran resultado para mí”.

En la penúltima vuelta, Raikkonen paró en boxes para montar un juego de neumáticos blandos para terminar la carrera marcando la vuelta más rápida en el último giro. Pero el interés estaba en la cabeza: Vettel cruzó primero y cuando debía ingresar a boxes tras la vuelta de honor, siguió hasta la recta principal para realizar derrapes. Inolvidable.

LA CORTA HISTORIA INDIA EN F1

Corría el año 2007. Mientras Vettel debutaba con Toro Rosso y Hamilton y Alonso tenían sus primeros encontronazos en McLaren, Spyker Cars anunció la venta del equipo de Fórmula 1 a Orange India Holdings Sarl, empresa capitaneada por Michiel Mol y Vijay Mallya. En 2008, gracias a la compra de más de la mitad de las acciones del equipo por casi noventa millones de euros, Mallya rebautiza la escudería como Force India. Era la primera vez que el nombre del país asiático tenía una presencia notable en la Fórmula 1. Sólo era el principio.

Ese mismo año se conoció que los diversos intentos previos de crear de la nada un Gran Premio de India tomaban forma con el primer acuerdo con una empresa local para construir un autódromo a cincuenta kilómetros de la capital, Nueva Delhi. Hermann Tilke era el elegido, cómo no, y pronto el proyecto se transformó en una realidad. El primer Gran Premio de ndia iba a celebrarse antes o después, gracias en parte al empeño de Bernie Ecclestone, cuyo interés en expandir su negocio en forma del deporte llamado Fórmula 1 le hacía abandonar los viejos circuitos europeos para buscar nuevos mercados.

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El Gran Premio de India se despide hasta, teóricamente, 2015

India era su ojo derecho. Narain Karthikeyan, el primer piloto indio de la historia, su mejor baluarte. Incluso intermedió para que fichara por Force India. Pero a pesar de las presiones, Mallya aseguró que no montaría un piloto indio en sus coches simplemente por publicidad. Y cumplió su palabra: Karthikeyan corrió para Jordan y HRT antes de retirarse el año pasado. Karun Chandhok debutó en 2010 con HRT y se retiró en 2011 a lomos de un Lotus -actual Caterham-.

UN PILOTO INDIO EN INDIA

En realidad a Ecclestone no le importaba qué piloto estuviera en qué equipo, siempre y cuando fuera indio y en el Gran Premio de India. Tenía muchos intereses comerciales. Por eso, cuando Karthikeyan perdió su asiento a finales de 2005 y parecía que no iba a regresar a la Fórmula 1, Chandhok fue su objetivo: “Quiero ver a Karun en otro equipo mejor el próximo año. Creo que puede ser buenísimo si tuviera un coche adecuado”, decía el patrón de la Fórmula 1 en 2010.

Pero en realidad lo que quería era publicidad: “Tener una escudería india está bien, pero tener un piloto indio estaría mejor”, aseguraba con las miras puestas ya en 2011, cuando iba a celebrarse el primer Gran Premio indio. La política marcó toda la semana previa a la carrera: Karthikeyan, que había perdido su asiento en HRT desde el Gran Premio de Gran Bretaña a favor de Daniel Ricciardo, se montó en su coche después de que al australiano le dispusieran el del piloto regular Vitantonio Liuzzi.

Por su parte, Chandhok esperaba correr en su país gracias al apoyo de Tony Fernandes, patrón de Lotus. Pero a última hora el equipo prescindió de sus servicios para la carrera, aunque le dejaron participar en los entrenamientos previos.

ERRORES PARA OLVIDAR

La carrera, pendiente de un hilo hasta el último momento, se celebró el 30 de octubre de 2011. Diez años antes habría sido inconcebible pensar en que un piloto indio y una escudería india iban a participar en una carrera en Nueva Delhi. Pero nada fue de color de rosa: las críticas negativas no fueron pocas debido a unas instalaciones sin terminar, ambiente caótico, un circuito insulso para los aficionados e incómodo para la prensa y los propios deportistas y sus técnicos. Ross Brawn, patrón de Mercedes, salió en defensa de los organizadores: “Venir ha sido la elección correcta”.

Y ensalzó los beneficios que este deporte iba a llevar a India, y los que la Fórmula 1 recibiría de un país, decían, emergente. Un gran mercado. Un gran negocio. Dos años y tres carreras después India se despide de este gran negocio que no perdona errores. Aunque sea propios. Ya es historia. Historia para olvidar. Aunque, seguramente, no para Vettel. Para él será siempre inolvidable. Porque él sí que ha hecho buenos negocios en estas tierras: tres Pole Position y tres victorias. Este año, además, ha sido el escenario de su cuarto Título Mundial. Más rentabilidad, imposible.

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Sebastian Vettel, foco de atención de las cámaras

La maldita neblina de contaminación continúa persistente en el ambiente. Pero el sol se va apagando ya. Cae la noche sobre Nueva Delhi y su circuito dormirá. Quién sabe si la Fórmula 1 regresará aquí alguna vez. No lo hará en breve, como nadie podrá repetir en breve el hito de Vettel. El infierno del tráfico indio sigue su curso como si nada hubiera pasado. Las luces se encienden en la noche más mágica del año. Pero sigue oliendo a goma quemada. Sigue impresa en el asfalto ya frío las huellas de los neumáticos del RB9, esos círculos tan imperfectos como perfectos, esa rabia desatada en forma de derrapes, esa alegría desbordada a trescientos sesenta grados de vitalidad. Igual que sigue impresa en nuestras retinas esa imagen casi de ciencia ficción del RB9 cruzado en la imponente recta del autódromo indio con Vettel subido de pie sobre él, en la cima del mundo, como un auténtico escalador que, junto a un gran equipo, ha logrado culminar la cima más alta e inexpugnable imaginada.

Y quizá esa juventud descarada ya piense que es sólo el principio. Una juventud descarada capaz de ganar cuatro Mundiales consecutivos y saltarse las estúpidas normas protocolarias de un deporte cada vez más burocrático. Pero el domingo afortunadamente ganó la pasión, el deporte, el automovilismo, el espectáculo y, en definitiva, la Fórmula 1. Porque, aunque muchas veces se nos olvide, no todo es negocio. Y sin corazón no hay fiesta.