Pirelli se las prometía felices desde que arrancase la temporada 2015 en Australia a mediados de marzo. Habían conseguido solucionar los problemas de antaño y los focos les dieron la espalda. Pocos cuestionaban ya sus gomas. Pero tras el incidente de Sebastian Vettel a dos vueltas del final en Spa-Francorchamps, las luces vuelven a señalar a los de Milán. Y precisamente, a 24 kilómetros de su sede, Monza volverá a regalar un fin de semana de reencuentro con las leyendas del pasado. En el aire, su continuidad en el calendario.


Y es que Bernie Ecclestone se reunirá, previsiblemente, con las entidades responsables de la celebración del Gran Premio de Italia este fin de semana. El presidente del Club del Automóvil de Italia (ACI) -el equivalente a la Federación de Automovilismo-, Angelo Sticchi Damiani ha dejado claro que las administraciones locales y nacionales respaldan la continuidad. Perder uno de los pocos circuitos históricos que quedan en el calendario sería nefasto.

En Monza se respira un aire que raramente se puede encontrar en otros eventos del campeonato. Ya sea por su óvalo peraltado, con un desnivel de otra época; por su afición incondicional y cálida o porque la tricolore ondea allá donde mires, Monza tiene una magia sin igual.

Y allí llega Lewis Hamilton. Con 28 puntos de ventaja. Tras haber ganado en Bélgica midiendo los esfuerzos. El Mundial de pilotos sigue en un pañuelo entre ambos compañeros de Mercedes y el final de la temporada europea es uno de los puntos importantes del año. A partir de ahí. Los fallos no son permitidos. Ferrari llega a su GP de casa con las ganas de sorprender y regalar un podio que haría las delicias de los tifosi. Los abucheos a Vettel en el pasado se pueden convertir en alabanzas.

Con la renovación de Nico Hülkenberg, la silly season sigue diluyéndose. Quizás la gran incógnita sea ahora si Renault oficializa la compra de Lotus y especifica sus planes para el futuro. Además, quedará por ver qué pasa con los actuales Grosjean y Maldonado, aunque el francés tiene todas las papeletas de mantenerse en la estructura.

En sus 5.793 metros de longitud, Monza se constituye como el templo de la velocidad. Los monoplazas alcanzarán los 350-360km/h antes de la fuerte frenada de la primera chicane al final de la recta de meta (1.120 metros). El domingo completarán 53 vueltas en sentido horario para llegar a los 306,720 kilómetros en total. Once curvas. Seis puntos de frenada. El templo se levanta entre un parque de árboles frondosos y muchos tifosi llegan a él a pie. Esos mismos que el domingo por la tarde inundarán la recta principal para estar un poquito más cerca de sus héroes. En Italia aún se respira Fórmula 1 de antaño.

La estrategia

Pirelli ha llevado para este fin de semana a Monza los compuestos blando (amarillo) y medio (blanco), la misma combinación que en Hungaroring y en Spa. Los de Milán esperan que sus gomas resistan fuerzas de hasta 4,5G y fuertes impactos con los altos pianos italianos. Por supuesto, lo más esperado es el informe con las conclusiones del estallido del neumático de Sebastian Vettel al final de la carrera de Bélgica.

Los monoplazas rodarán con una de las configuraciones aerodinámicas con menos carga del campeonato, en busca de esa velocidad punta que marque las diferencias en las rectas. Esto obligará a un sofresfuerzo a los neumáticos de Pirelli, que tendrán que proporcionar más agarre del habitual por sí solos. La estrategia de 2014 fue a una parada en la vuelta 25, pero los neumáticos eran el medio y el duro.

La curva clave, como no podía ser de otra forma, es la Parabólica, que da entrada a la curva de meta tras un giro de 180º. En el pitlane se perderán en torno a 24 segundos, dados los 420 metros de longitud que presenta. La posibilidad de que el coche de seguridad entre en pista ronda el 43% y se esperan chubascos (70% de probabilidades) durante la jornada del viernes. El sábado podrían caer por la mañana y por la noche (60% de probabilidades) y el domingo luciría el sol en el trazado italiano.

Las estadísticas

Antes de celebrar el 66º GP de Italia, Michael Schumacher sigue siendo el rey de Monza con cinco victorias, por delante de Fangio, Moss, Rubens Barrichello, Vettel, Prost, Peterson y Piquet, todos con tres. De los pilotos actuales, Vettel (3) y Fernando Alonso y Hamilton (2) son los únicos que han repetido triunfo y que han ganado alguna vez en Italia. Ferrari (18) es el absoluto dominador en constructores por delante de McLaren (10) y Williams (6). También en motoristas (19) aventaja con creces a Mercedes y Renault (8).

Quien salga en la pole tendrá un 34,38% de probabilidades de ganar, según los registros históricos. No obstante se ha llegado a la victoria incluso saliendo 11º. Fangio y Ayrton Senna (5) son los dominadores a una vuelta en Monza. Ferrari también lo es como escudería y como motorista, con amplias distancias sobre sus rivales. Toro Rosso, como Ligier, Cooper, Matra y Honda, tiene una pole en su haber: era Monza 2008 y Vettel comenzaba a labrar su historia.

En 2014…

Italia fue Fórmula 1 y la Fórmula 1 fue Monza. Hamilton superaba a Jackie Stewart con su victoria número 28. Y Alonso abandonaba tras 29 Grandes Premios sin hacerlo. En casa. Con Ferrari. Felipe Massa se reencontraba con la que fue su afición en Ferrari tras anunciar su renovación con Williams y lograba un tercer puesto que fue aclamado por los tifosi.

En la vuelta 8, tras una gran arrancada de Nico Rosberg y una calamitosa salida de Hamilton, el alemán cometía el primer gran error del domingo. Desde el cambio de gomas en la vuelta 25, el inglés incrementó la intensidad de su persecución a Rosberg y provocó que este fallara por segunda vez a final de recta. El trabajo estaba hecho y en Mercedes se frotaban las manos: la tensión de Spa se diluía. Hamilton tenía su compensación. 22 puntos y la recta final del Campeonato estaba por delante.