La lluvia. Ese factor que está destinado a ser el antónimo de un gris neutro. Siempre habrá gente a la que le guste mucho, o gente que la odie, pero es difícil encontrar un término medio en cuanto a lluvia se refiere. Incluso puede ser tan blanco como negro en un reducido espacio de tiempo.

Así podría ser este fin de semana en Austria, pues de buen saber es que cuando la lluvia se dispone a tener un papel protagonista en una carrera del mayor espectáculo del mundo, poca gente habrá que no se divierta viendo dicha carrera de Fórmula 1.

Sin embargo ocurre lo contrario cuando la lluvia se dispone a protagonizar una sesión de viernes. Hoy fue así el caso en el Red Bull Ring cuando de los 90 minutos pensados para los Libres 2 solo se disputaron 20 con la pista seca: diez al principio, y diez al final.

Así, los equipos no pudieron probar simulaciones de carrera en tandas largas con alta carga de carburante y una pista bajo condiciones muy semejantes a las que tendrán el domingo. Sin embargo la mayoría de equipos volvió a rodar con la pista mojada en busca de alguna referencia por si también llueve el domingo.

El problema aquí quizá no es el de la lluvia. Porque todos entendemos que la lluvia puede no gustar a los equipos que no quieren sumar kilometraje innecesario a sus monoplazas y mucho menos asumir el riesgo de un accidente, aunque quizá alguien debería darse cuenta de que ellos no son lo importante aquí.

¿Los equipos de Fórmula 1 no son lo importante en la Fórmula 1? No (pero sí a la vez). Es obvio que sin equipos ni pilotos no hay F1, claro, pero sin aficionados tampoco. Y es que los fans del Gran Circo son los que lo mantienen con vida.

Si los equipos manejan cifras con más de ocho ceros cada temporada no es porque les llueva el dinero o puedan imprimirlo en sus fábricas, sino porque el producto que venden, es comprado por alguien. El producto de la F1 se vende en calidad de entradas, cuotas televisivas, publicidad, merchandising, etc...

Si nadie compra una gorra de un equipo; si nadie mira ninguna carrera de F1; si nadie va al circuito a ver los coches en directo; y si nadie compra los productos que se anuncian en la Fórmula 1, está claro que en menos de una semana la F1 deja de existir.

Así que acordemos que los aficionados son la parte clave de la F1 (así como de cualquier deporte o negocio que se vende a terceros). Si alguien en la cúpula de la F1 le da un par de vueltas al asunto, es un poco ridículo que haya gente que esté mirando la TV durante más de una hora sin ver a ningún coche pasar.

Eso es lo que pasa cuando llueve en unos entrenamientos libres de F1. Los equipos toman la decisión de no salir a rodar y la gente que se ha puesto el despertador a las 6 de la mañana para ir al circuito y lleva cuatro horas sentada bajo la lluvia ni siquiera puede ver a los coches rodar.

Lo que hace la lluvia es que la Fórmula 1 se burle en la cara de su bien más preciado, los aficionados. La solución es extremadamente fácil. Si los equipos no tienen límite de neumáticos ni de prestaciones (sin sanciones) y hay una norma que les obligue a dar un número mínimo de vueltas, el problema está solucionado.

La contra que pondrían los equipos o la FIA es que si no hay límites de motores y demás por temporada, los equipos más débiles sufrirían las consecuencias. Aunque eso no es diferente hoy en día, porque equipos como Manor, Sauber o incluso Renault han amenazado muchas veces con no seguir en F1 y ahora mismo ruedan a más de 2 segundos de los Mercedes... ¿Mucha más diferencia habría?

Imagínense que sí. Que esta idea de norma fastidia más aún a los equipos pequeños y los destruye. ¿Cuál es el problema? Si recuerdan, la base de la Fórmula 1 son los aficionados, no los equipos. Si con destruir a un par de equipos se ganan 50 millones de aficionados en todo el mundo, el mismo Bernie Ecclestone daría la orden esta noche.

La cuestión es que la Fórmula 1 tiene que buscar alguna solución para que un aficionado no se sienta burlado después de haber pagado -no poco- para ver una carrera (TV o circuito) y ni siquiera vea a los coches rodar, ni pueda acercarse al Pit Lane. En definitiva, que no se sienta burlado.

Volviendo a lo que más nos atañe, los Mercedes no dejaron que ningún otro equipo pudiese oler las primeras posiciones de la tabla de tiempos y parece que sin duda volverán a ser los únicos que lucharán por Pole y victoria en el Red Bull Ring.

Precisamente en su casa, los Red Bull necesitarán algo más de lluvia y quizá de esta forma puedan llegar a las flechas plateadas y luchar por la victoria en su casa. Sin embargo, todo parece indicar que no estarán demasiado lejos -o luchando con ellos- de los Ferrari en condiciones 'normales'.

La gran incógnita del viernes fueron los otros dos equipos favoritos, los casualmente motorizados por Mercedes, Williams y Force India. No se dejaron ver -como viene siendo habitual los viernes- en exceso ninguno de los dos y todo se puede esperar de ellos tanto el sábado como el domingo.

El resto de equipos no motorizados por la marca de la estrella están destinados a sufrir en Austria y veremos si alguno de ellos puede dar la sorpresa. Si hay alguien capaz serán los Toro Rosso, pues hoy sobre mojado marcaron las dos vueltas más rápidas... ¿Podrá la lluvia acercarles al Top 5? Probablemente sí.

Si la carrera es en seco, hoy aprendimos que los ultrablandos duran muy poco a buen ritmo en esta pista, y sobre todo con el asfalto nuevo (del cual, por cierto, nadie se ha quejado) así que no serán para nada útiles en carrera. Así, la estrategia será usar los superblandos en una o dos tandas y quizá los blandos también. Se esperan no menos de dos paradas por piloto el domingo.

Rosberg bate el récord de pista en los Libres 1 de Austria con Sainz en el Top seis