El Gran Premio de Rusia no fue el revulsivo que buscaba Ferrari, ese Gran Premio en el que poder revertir la situación actual en la que Mercedes les está pasando por encima con cinco triunfos en las seis últimas carreras, precisamente, cuando más fuerte parecía el Ferrari.
Lo cierto es que en Sochi no fue así. En el trazado ruso, Mercedes estuvo un paso por delante en todo momento y únicamente en ritmo de carrera el vehículo de la Scuderia consiguió estar a la altura, sin suficiente potencial como para intentar un adelantamiento, ni tan siquiera poner bajo presión al fabricante alemán.
Tras el punto álgido de Vettel esta temporada, cuando se puso por delante en la clasificación general tras su victoria en Silverstone, Hamilton ha sumado un total de 143 puntos de 150 posibles. Por su parte, Vettel se ha quedado en solo 85 puntos en ese mismo periodo. Si en 2017, esta situación se dio con la llegada de la gira asiática, esta temporada ha sido incluso antes.
Tanto es así, que Hamilton parte con ventaja a esta recta final de campeonato. Concretamente, con dos carreras de ventaja sobre las cinco que restan. 50 puntos de diferencia con 125 puntos por disputarse. Una diferencia que parece insalvable incluso para el Vettel en mejor estado de forma.
Ferrari ya ha comenzado a mentalizarse de que han perdido el título. Otro año más, y esta vez, doloroso, pues los errores han sido numerosos. Han conseguido un coche rápido, y han fallado en todo lo demás, dejando esa sensación de frustración. Toca centrarse en 2019, una de las últimas oportunidades antes de que un nuevo reglamento técnico haga su aparición.
Mientras, Hamilton ya tiene señalado a fuego el Gran Premio de México, donde de nuevo podría llevarse el título de campeón del mundo. El quinto. El sueño de la Fórmula 1 también se diluye, pues una vez más no han conseguido llevar la consecución del título hasta la última carrera del año. O por lo menos, no parece que lo vayan a conseguir.
