Tanto Mercedes como Ferrari llegaron a Spa-Francorchamps en un estado de forma excepcional, siendo muy superiores al resto e incluso siendo superiores a Red Bull, que rompía aquí la tendencia de las últimas carreras de ir recortando la diferencia con los de delante, posiblemente lastrado por la menor potencia del propulsor Renault.

De esta forma, costaba mucho imaginar a un Red Bull en el podio, costaba mucho imaginar a los Red Bull quedar por delante de cualquiera de los Ferrari o Mercedes en una carrera en condiciones normales. Sin embargo, sucedió. Y sucedió con una maniobra magistral de Daniel Ricciardo, que aprovechó la lucha entre Bottas y Raikkonen para adelantar por fuera en ‘Les Combes’, afianzándose en la tercera posición que a pesar de la menor potencia consiguió mantener hasta la bandera a cuadros.

Daniel Ricciardo consigue de esta manera su sexto podio de la temporada, un resultado excelente vista la superioridad de los dos equipos que comandan la clasificación. Sin embargo, la felicidad del piloto australiano contrasta con la de Red Bull, pues se ha vuelto a repetir una situación que les trae de cabeza. Y es que por sexta vez en la temporada, Max Verstappen debía abandonar por problemas mecánicos. La mitad de carreras del año terminadas antes de tiempo, algo que parecía únicamente en poder de Honda.

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Sutton

Y el guión ya es conocido. Max Verstappen, con un circuito teñido de naranja neerlandés, fue superior a Daniel Ricciardo ya el viernes, siendo superior en clasificación y marchando por delante en carrera. Pero otra vez más, un problema mecánico se traduce en abandono y acaba siendo un podio para Daniel Ricciardo, un podio que el piloto neerlandés siente que sin problemas de fiabilidad debería haber sido para él. Pero se repite la historia. Seis podios a uno, 132 puntos a 67, y sobre todo, una gran decepción ante todo su público.

Helmut Marko evidencia el momento agridulce, afirmando haber pedido disculpas al piloto, unas disculpas que se repiten en exceso sin que realmente haya nada en su mano que pueda hacer. Mientras, a Max solo le queda lamentarse y preguntarse por qué los problemas de fiabilidad se están cebando con él, quedando el consuelo de que su carrera apenas ha comenzado y que mejores momentos llegarán.