Pedro de la Rosa participó en nueve GPs con McLaren, pero también fue parte del equipo a lo largo de nueve increíbles temporadas. El español narra para la web del equipo cómo esta experiencia llegó a cambiarle por completo la vida.

"Resultó una parte muy emocionante de mi carrera, cuando me uní a McLaren. ¿Quién no ha sido un fan de la era Prost y Senna? Así que fue increíble ser parte del equipo y también por tanto tiempo. Mi primer año como piloto de pruebas y del simulador fue el 2003. Luego durante un año, competí para Sauber, en 2010, regresé en 2011, y luego pasé a correr para HRT, en 2012, y eso fue todo. Fue increíble estar involucrado durante tantos años, y con un gran equipo", recuerda Pedro.

"¡Todo empezó porque Niki Lauda me despidió de Jaguar! Eso sucedió a finales de noviembre de 2002, y no había puestos de piloto de carreras disponibles en ese momento. Pensé que si no iba a correr en la F1, me gustaría llegar a ser piloto de pruebas, pero sólo en un equipo de primera línea. Al salir de Jaguar no tendría sentido de ser el piloto de pruebas de otro equipo de media tabla. Fue entonces cuando los pilotos de pruebas eran importantes y se subían al coche dos días cada semana. Así que fue un papel interesante", admite.

"Creo que la jugada resultó bastante inteligente. Ferrari y McLaren fueron mis dos objetivos, los dos mejores equipos. Luego me di cuenta de que Ferrari ya tenía a Luca Badoer y a Felipe Massa, y McLaren sólo tenían a Alex Wurz. Así que llamé a McLaren y ofrecí mis servicios a Martin Whitmarsh. Me dijo: '¿Por qué nos llamas?' Le dije: 'Principalmente porque primero, sois un gran equipo y también debido a que sólo tenéis un piloto de pruebas, y con los requisitos de esas pruebas, con la normativa vigente, creo que necesitáis un segundo, como hace Ferrari ... ", añade.

"Creo que esto fue clave. Yo creía que era el eslabón débil de McLaren, el necesitar a alguien más. El dijo, 'Bueno, vamos a ver, vamos a pensar en ello'. Y me acuerdo de él diciendo: 'Cuando estés en el Reino Unido, llámame y vienes a visitarnos'. ¡Cuatro días más tarde estaba en el Reino Unido! Fui a Heathrow y directamente a Woking - todavía en la época de la Unidad 22, la antigua fábrica. Sólo iba al Reino Unido a cumplir con McLaren, porque ese era mi objetivo. Yo estaba decidido a conseguir una prueba de pilotaje, porque era muy interesante para mí para el convertirse en piloto de pruebas de McLaren, aunque en realidad, no había necesidad por parte de ellos, de fortalecer esa posición", admite.

"Tuve una reunión con Martin y con Dave Ryan. Yo sabía que habría preguntas técnicas en esa reunión, así que fui muy bien preparado. Recuerdo estar sentado y la primera pregunta de Martin fue: '¿Cuál es tu filosofía de la F1 moderna?'. ¡Hombre, me preparé para esta entrevista y la última pregunta que me podía imaginar de él era una así! Pensé en lo terrible del encuentro, en un desastre. Yo no podía responder a esa pregunta, mientras Dave Ryan ¡se estaba quedando dormido durante la entrevista! Qué terrible experiencia. Volví a casa y mi mujer me preguntó: '¿Cómo te fue?', Le dije: 'Olvídalo, ellos nunca me llamarán ...", afirma.

"Pasó un mes, y no me llamaron, así que yo llamé a Dave Ryan, y le pregunté si había algún interés por mí. No veía que lo hubiera. Y entonces, un día, me dijo: "Ven a tomarte medidas para el asiento para hacer una prueba en Jerez. Luego tomaremos una decisión. Yo había estado con el karting todo el invierno y tenía las costillas muy doloridas. Además tenía un poco miedo de llegar a Jerez con una costilla rota o algo parecido, y no rendir; temía no estar lo suficientemente en forma. Pero todo fue muy bien, la prueba fue fantástica. Y me dieron el trabajo", afirma el español.

"Fue el año del MP4-17D, cuando Kimi perdió el campeonato por algunos puntos, sobre todo, porque rompió el motor, tras un enorme golpe, en Alemania, cuando lideraba la carrera. El plan consistía en introducir el modelo 18 después de unos cuantos GPs, pero era muy poco fiable y tenía muchos problemas, así que nunca se hizo. Sin embargo, fue una gran oportunidad para mí de aprender. Alex fue el tercer piloto, pero él no quería saltar al 18. Derrapó en la primera prueba en Jerez, yendo a toda máquina en la curva 4 y todavía no sabemos lo que pasó. Así que, de hecho, era una oportunidad para mí, porque les dije que quería probarlo. También me ayudó a conseguir el respeto de todo el equipo de ingenieros de McLaren", comenta.

"Mientras tanto Alex se mareaba al subirse al simulador, y eso también me ayudó mucho, porque no podía hacer el trabajo de correlación y yo sí que podía. Era pronto para los simuladores y era fácil marearse. Yo quería ese papel y sabía que de enfermar como Alex, ¡no me llevarían! Lo último que necesitaba McLaren eran dos pilotos incómodos con el simulador. La primera vez que me subí, y en un par de vueltas, me sentía terriblemente mal, pero no se lo dije a nadie. ¡Todo acabó cuando contuve la respiración! La segunda vez que me subí, ya no tuve problemas, así que ya sólo trabajé en él, porque era muy fácil tener una mala reacción inicial, y luego no volver allí nunca más", asegura.

"Traté cada día de pruebas como un fin de semana de GP, porque sabía que era importante ser rápido, desde el mismo momento en el que me sentaba en el coche. Luego estaba todo el trabajo en el simulador, el que tuve que hacer yo. Así que fue duro ganarme el respeto del equipo, para ganar tiempo en pista. Para mí lo más increíble de mi época en McLaren, era que no había un solo día en que no aprendí algo", señala.

"El capital intelectual de todo el equipo de ingeniería fue y creo que sigue siendo, increíble. Viniendo de Jaguar Racing, equipo en el que teníamos recursos limitados, el salto a McLaren con el simulador, tanto la información procedente de todos los sensores que tuvimos, con todos los experimentos que los ingenieros estaban haciendo en los días de prueba, fue fantástico. Aprendí cada día, tanto en el simulador como en la pista. Y por eso creo que mis años en McLaren fueron los mejores de mi carrera deportiva", finaliza diciendo De la Rosa.