Los pronósticos climatológicos se cumplieron a la perfección y Albert Park amaneció bajo un manto de agua, dándonos ya en este Gran Premio de Australia la primera sesión con lluvia, y dejando unos entrenamientos libres que únicamente sirvieron para que los pilotos ganaran confianza, pues no parece que éste trabajo vaya a valer para carrera y tampoco pudieron ensayar vueltas de clasificación.
El mejor tiempo, de forma casi anecdótica se lo llevó Sebastian Vettel. Los de Ferrari montaron neumáticos ultrablandos en el último minuto, aprovechando al máximo una pista que iba mejorando a cada minuto que pasaba. El alemán marcó 1’26’’067, dejando a Raikkonen a casi dos segundos y medio y al Sauber de Marcus Ericsson, tercero, a casi tres segundos.
Max Verstappen fue el más rápido de entre los que marcaron su mejor vuelta con intermedios, pero lo hizo al final de la sesión, con una pista muy seca, bajando al 1’31’’680, caso idéntico al de Carlos Sainz, quinto, que solo rodó al principio de la sesión, con mucha agua, y al final de la misma, sin apenas agua.
Y bajo el agua, Fernando Alonso realizó un gran trabajo, rivalizando en tiempos con el desparpajo de Max Verstappen y la consistencia de los Mercedes, avisando, que en condiciones delicadas, será candidato a todo. Al final de la sesión, McLaren se dedicó a ensayar paradas, cayendo el asturiano hasta la décima posición.
La sesión se desarrolló sin incidencias y sin ninguna interrupción, dándose durante la misma apenas unas salidas de pista sin importancia. Mención especial al equipo Williams, que tuvo que lidiar con problemas en la caja de cambios de Lance Stroll, el cual se perdió buena parte de la sesión mientras los mecánicos reparaban su coche. Y sin que sea ya noticia, Force India declinó rodar en estas condiciones, completando únicamente una vuelta de instalación al principio de la sesión.
