A pesar de la recientes muertes de su ex compañero de equipo en Marussia, Jules Bianchi y de Justin Wilson, por accidentes en pista, Max Chilton sigue adelante con su carrera en los deportes del motor, aunque reconoce que aún no puede ver las imágenes del incidente de Suzuka.

"La muerte de Jules fue dura para mí. Nuestro coche era el que tenía más rendimiento de la parrilla, la menor cantidad de carga aerodinámica y yo tuve mi momento en esa curva. Podríamos haber sido cualquiera de los dos", relata Max para el periódico británico The Sun.

Ahora Chilton competirá en la Indycar, categoría en la que el año pasado Wilson perdió su vida. "Cuando estaba tomando la decisión (tenía que optar por uno de los equipos de Indycar para 2016), Justin tuvo su fatal accidente al mismo tiempo, eso lo hizo diez veces más difícil. Me decía a mí mismo que eso podría haber pasado en cualquier momento. Fue como lo de Jules, un accidente raro", continúa.

Finalmente, a sus 24 años, decidió fichar con Ganassi, tras aprender durante un año en las Indy Lights. "Es muy emocionante. Nunca pensé que pasaría. Recuerdo todas esas veces en las que dije que nunca pilotaría en Indycar porque nunca me resultó atractiva, pero nunca digas nunca. La vida cambia", añade.