La Fórmula E ha crecido de forma exponencial desde su temporada de debut en 2014. El concepto de monoplazas eléctricos ha atraído el interés de fabricantes como Mercedes y Porsche, quienes se unirán a la competición durante los próximos años. Teniendo en cuenta la tendencia actual de invertir en tecnología eléctrica en los coches de calle, Alejandro Agag apuntó que la Fórmula E podría convertirse en la principal competición automovilística en el futuro, adelantando a la Fórmula 1 en el proceso.

Estos comentarios no han sido bien recibidos en la cúpula de la Fórmula 1. Chase Carey ha respondido a las declaraciones del director de la Fórmula E afirmando que no los considera competencia de la denominada cúspide del automovilismo y resta importancia a las suposiciones de Agag sobre el futuro estatus de la competición eléctrica, una predicción que se alarga hasta dentro de 20 años.

“Me alegro de que él tenga una bola de cristal. La Fórmula E no es nuestro competidor. Representa algo que nos importa a todos, el medio ambiente, pero lo veo más como una fiesta urbana que un evento deportivo. La gente que ha estado allí se ha divertido porque había música y buena comida, pero la Fórmula 1 tiene espectadores en todo el mundo y ahora tenemos la oportunidad de llevarla a un nuevo nivel. Creo que otras categorías pueden ayudarnos porque crean interés, pero la principal competición continúa siendo la Fórmula 1”, declaró el director ejecutivo de la Fórmula 1 a Sport Bild.

Este intercambio de declaraciones se suma a la polémica creada por la desaparición de las azafatas de la parrilla de la Fórmula 1. La Fórmula E sacó pecho de haber aplicado la misma medida con anterioridad e irónicamente dio la bienvenida a la Fórmula 1 ‘al siglo XXI’ para anunciar recientemente que seguiría contando con ‘grid girls’ en determinadas carreras a pesar de tener a niños en las últimas citas.