El ‘factor casa’ es un elemento de importancia en cualquier evento deportivo y la Fórmula 1 no es excepción. Todos los pilotos reconocen que correr en el circuito de su país natal les da un extra de motivación que les empuja a conseguir un buen resultado en el Gran Premio. No son pocos los casos en los que los pilotos consiguen sus mejores resultados de la temporada en el circuito de casa, pero el caso de Charles Leclerc lleva años siendo el contrario.

Leclerc fue uno de los campeones más dominadores de la historia de la Fórmula 2, pero hubo un fin de semana en concreto que fue un absoluto desastre. El monegasco se hizo con la pole en las calles del Principado y lideró durante la primera parte de la carrera larga, pero cayó hasta la cuarta posición al tardar en sacarse el coche de seguridad. Tras la resalida, Leclerc se vio obligado a retirarse de la carrera debido a la rotura de su rueda delantera izquierda durante su parada.

La carrera corta no fue mucho mejor para Leclerc, pues se tuvo que retirar debido a problemas eléctricos en su monoplaza. Este fue el único fin de semana en toda la temporada de Fórmula 2 en el que el monegasco no terminó ninguna de las dos carreras. Con su llegada a la Fórmula 1, Leclerc esperaba poder dejar atrás esta piedra en el camino, pero volvería a tropezar con ella en más de una ocasión.

Child, pinterest

En su primera participación en el Gran Premio de Mónaco junto a Sauber, Leclerc consiguió pasar a la Q2. Debido a la estrategia, se quedó taponado detrás de otros coches más lentos durante la totalidad de la carrera hasta que sus frenos dijeron basta. Leclerc no pudo frenar llegando a la chicane posterior al túnel e impactó de lleno con el monoplaza que tenía delante, momento en el que tuvo que abandonar.

Con la esperanza de quitarse la espina, Leclerc se alzó como la principal amenaza de Mercedes después de los terceros entrenamientos libres esta temporada, pero el tremendo error cometido por Ferrari en clasificación le dejó fuera en la Q1, terminando de esta forma con sus opciones de victoria. A pesar de esta delicada situación, Leclerc confiaba en poder ganar posiciones y entrar en los puntos.

El joven piloto de Ferrari avanzó algunas posiciones en las primeras vueltas, pero su impaciencia le jugó una mala pasada. Cuando trataba de adelantar en la Rascasse, golpeó la barrera interior con su neumático trasero, momento en el que sufrió un pinchazo que dañó con severidad el fondo plano de su monoplaza. Finalmente, Leclerc tuvo que retirarse de otra carrera en Mónaco debido a los daños del vehículo, extendiendo su pleno de abandonos en casa.