El de hoy, ha sido un viernes de lo más inusual, pero bien es cierto que cada vez ocurre con más frecuencia. Las tapas de las alcantarillas han vuelto a hacer de las suyas cuando han destrozado el monoplaza de George Russell y han provocado que se cancelasen los primeros entrenamientos libres y con ello se limitase mucho la jornada de pruebas. Incluso la Fórmula 2 vio afectada su planificación.
En el caso de McLaren, parece ser que ese tiempo perdido podría resultar clave. Están teniendo problemas para poner los neumáticos en temperatura y eso, en un circuito urbano como es el de Bakú podría ser un problema más trascendental que de costumbre. Y sino que se lo expliquen a un Daniil Kvyat que ha tenido el mismo problema y ha terminado empotrado contra el muro.
Al final ha sido un día confuso y estresante a partes iguales. Pero a la hora de la verdad, Carlos Sainz ha hecho valer su talento en trazados urbanos para ser séptimo a pesar de que no se siente cómodo sobre el McLaren MCL34: “Ha sido una sesión agitada – tal y como esperábamos después de perdernos los primeros libres. Creo que todos quisimos mantenernos en la pista el mayor tiempo posible, incluidos nosotros.”
“Hemos intentado hacer tantas vueltas como ha sido posible a pesar de que haya habido muchas banderas amarillas, como siempre aquí en Bakú, y era difícil meter temperatura en los neumáticos. Ha sido una sesión desafiante, pero ha sido muy decepcionante. Mañana hay mucho trabajo por hacer. Estoy lejos de sentirme cómodo en el coche, así que necesitamos ver qué podemos hacer”, sentencia un Carlos Sainz cargado de sensaciones negativas.
La versión de Lando Norris de lo que ha sido el día es totalmente contraria a la del español que opina que “se han priorizado las cosas que necesitábamos probar. Creo que ha sido un día positivo para nosotros.” Habrá que ver en la sesión de entrenamientos final de mañana por la mañana, previa a la clasificación como están las cosas.
