El fichaje de Max Verstappen por Toro Rosso para la temporada 2015 ha sacudido todo el paddock de la Fórmula 1 e inicia, además, el típico 'juego de la silla' que acontece en el paddock cada verano desde tiempos inmemoriales. Uno de los primeros afectados por la arriesgada decisión de Red Bull es Carlos Sainz, el líder de las World Series by Renault y el piloto más maduro en su camino hacia la categoría dentro del Red Bull Junior Team.

Carlos tenía la lógica expectativa de formar parte del equipo Toro Rosso desde la próxima temporada si este año cumpliera las exigencias deportivas de sus empleadores, que pasan por deslumbrar en la World Series, un requisito se está cumpliendo con su liderato de 39 puntos frente a su más inmediato perseguidor. Sin embargo, Red Bull no le aseguró que el asiento sería para él y, de hecho, el madrileño ha quedado momentáneamente desplazado de su objetivo por el fichaje de Verstappen. Esto no implica que la casa de bebidas energéticas se haya despreocupado por uno de sus mejores diamantes en bruto, y lo confirma el hecho de que Helmut Marko se reúne hoy con la directiva del equipo Caterham para negociar una posible entrada de Carlos en la alineación oficial de la escudería británica, como hemos adelantado durante la tertulia de la retransmisión de la Fórmula 1 en Antena 3.

Muchos lectores recordarán que ya hubo un primer encuentro entre Caterham, Sainz y Red Bull en el pasado Gran Premio de Gran Bretaña, a propuesta del propio Helmut Marko, pero en ese momento se le daba máxima prioridad a la consecución del título de la World Series frente a otros posibles elementos de distracción y finalmente la posibilidad no se concretó para el piloto. Ahora, sin embargo, la posibilidad de que Carlos no disponga de un asiento en Toro Rosso para 2015 ha reforzado el apoyo de Red Bull para buscar su debut en Fórmula 1 antes de que termine la presente temporada.

Si las negociaciones entre Red Bull y Caterham prosperan, el objetivo pasaría porque Sainz tomase el asiento de Kamui Kobayashi en la escudería de Leafield para las siete últimas citas del Mundial, incluido el próximo Gran Premio de Italia en Monza. Carlos heredaría así el coche que André Lotterer pilotará en el Gran Premio de Bélgica, y que incluye las últimas evoluciones de Caterham.

A partir de ahí, con experiencia en Fórmula 1 y una temporada que puede terminar con el título de la World Series, Carlos tendría un panorama todavía más halagüeño para negociar su futuro en la Fórmula 1 para 2015, sea con la ayuda de Red Bull o incluso sin ella. De momento, la relación piloto-equipo permanece fuerte y muy activa en ambas direcciones.

Por su lado, Caterham buscará más pilotos para que disputen las primeras sesiones de entrenamientos del viernes, otra forma de completar su presupuesto para la temporada. Y entre los nombres de los pilotos a los que podrían dar una oportunidad de subirse a un F1 de la nueva era turbohíbrida figura el de otro piloto español muy prometedor, aunque de momento con dificultades para lograr la superlicencia de la FIA.