El segundo día de test post Gran Premio de Hungría tuvo un claro protagonista. Por primera vez desde su accidente durante un rally en febrero de 2011, Robert Kubica se subió a un monoplaza actual de Fórmula 1 después de haber completado varias pruebas con el Renault de 2012, cuyos resultados fueron esperanzadores para la estructura francesa. Muchas miradas estaban puestas en el piloto polaco y su rendimiento en pista teniendo en cuenta las visibles secuelas físicas que el accidente dejó en su brazo derecho, sobre todo en un bólido cuya exigencia física es mayor que en generaciones anteriores y en un circuito que no permite ningún descanso a los pilotos.

Kubica comenzó la jornada realizando una vuelta de instalación y completó dos giros más en una fugaz segunda tanda. Poco después, el polaco volvió a salir a pista para iniciar el programa de test. Su primera vuelta cronometrada fue un 1’24’’299 que marcó con neumáticos superblandos. A continuación, realizó cuatro tandas más de entre tres y once vueltas cada una en las que fue bajando sus registros giro tras giro según se iba adaptando al monoplaza y a la pista hasta llegar a un 1’19’’681.

En la última hora de la mañana, Kubica completó dos tandas más en las que marcó tiempos muy consistentes. La primera fue una tanda corta en la que rodó en 1’19 sin rebajar su mejor tiempo de la sesión. En la siguiente, el polaco rodó constantemente entre 1’21’’053 y 1’21’’654. Una vez llegó la pausa para comer, Kubica había completado 74 vueltas equivalentes a la distancia de más de un Gran Premio.

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A pesar del buen ritmo mostrado por el polaco, las tandas no fueron excesivamente largas y se esperaba que Kubica trabajara con ‘stints’ más largos durante la sesión vespertina para tener una comparación más fiable con los tiempos marcados por Nico Hulkenberg y Jolyon Palmer a lo largo del fin de semana. Apenas 15 minutos después del comienzo de la sesión, Kubica salió de boxes para comenzar el programa de la tarde.

El polaco volvió a rodar en tiempos de 1’21 con la goma blanda hasta que rebajó su mejor registro a un 1’19’’990 durante una tanda de 15 vueltas que superó en duración a sus ‘stints’ de la mañana. Su siguiente tanda fue de nuevo con los neumáticos blandos y sus tiempos estuvieron entre 1’21’’386 y 1’22’’189 antes de volver a salir para dar apenas una vuelta rápida, cuyo registro fue de 1’21’’424. Poco después, Kubica repitió el procedimiento y su crono fue de 1’20’’850, siempre con el compuesto blando.

Para la siguiente tanda, el polaco usó los neumáticos superblandos y bajó su mejor tiempo hasta un 1’19’’467. Tras una breve pausa, Kubica se reincorporó a la acción para volver a rebajar su tiempo a un 1’18’’952. Teniendo en cuenta que en cada ‘sint’ realizó tres vueltas rápidas, bien podría tratarse de una simulación de clasificación. Con el mismo compuesto, el tiempo en clasificación de Palmer fue un 1’18’’415, por lo que Kubica apenas se quedó a medio segundo del británico.

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El momento clave de la jornada llegó cuando Kubica montó los neumáticos ultrablandos. La primera tanda no fue buena y su mejor tiempo fue un 1’19’’110, pero en su segundo ‘stint’ fue capaz de lograr su registro más rápido del día: 1’18’’572, a 1.8 segundos del crono de Sebastian Vettel. El polaco realizó después una tanda más larga también con ultablandos, pero su trabajo se vio interrumpido por dos banderas rojas antes de que pudiera rodar en 1’18’’871 al terminar la jornada de forma prematura por una nueva bandera roja. A lo largo del día, Kubica completó 142 vueltas y solo fue superado por Luca Ghiotto en el número de giros realizados.

El mejor tiempo de Kubica se quedó a poco más de una décima del registro de Palmer en clasificación, pero el polaco lo hizo con neumáticos ultrablandos mientras que el británico usó la goma superblanda. Además, las condiciones de la pista han ido mejorando con respecto al fin de semana según rodaban los coches, por lo que el agarre del asfalto fue aumentando.

Los programas que los equipos han llevado a cabo, al igual que las cargas y configuraciones de los monoplazas, son desconocidos y es difícil sacar conclusiones fiables de unos test. Pero no hay duda de que Kubica ha impresionado en su primera toma de contacto con un coche de la generación actual rodando en tiempos constantes a pesar de que no completó ninguna tanda realmente larga de cara a hacerse con un posible asiento titular en Renault tan pronto como en 2018. El polaco no se quejó de ningún dolor al terminar la jornada y solo sintió cansancio debido a las altas temperaturas y a la humedad, lo que es una buena señal acerca de su estado físico.

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