Hay quién ve connotaciones negativas en el hecho de decir que Fernando Alonso siente cierta frustración. Pero ciertamente es un piloto que se considera muy por encima de los puestos por los que acostumbra a luchar desde hace tres años, pues su calidad no se corresponder por sufrir por entrar en los puntos.

En el Gran Premio de México se ha podido ver a un Alonso afirmando que McLaren tiene el mejor coche, y que con cualquier otro motor, estarían en las primeras posiciones. Y cuesta defender a Honda cuando han tenido que sancionar por enésima vez por cuestiones de fiabilidad y cuando Fernando Alonso se pasó toda la carrera perdiendo distancia tanto con el Ferrari 2017 de Haas como con el Ferrari 2016 de Sauber, a pesar de mantener el DRS abierto, imposibilitando los adelantamientos.

Por este motivo, no es extraño ver a Fernando ser excesivamente correoso cuando lucha con un igual, con un campeón del mundo, como ha evidenciado hoy con una bonita lucha con Lewis Hamilton. Sería de necios negar que poco o nada se jugaba Lewis Hamilton, como también sería de necios comparar el potencial del Mercedes con el del McLaren.

Fernando logró contener numerosas vueltas al campeón del mundo, así como un primer ataque, para acabar cediendo en un ataque final donde a pesar de un leve contacto, ambos se respetaron continuamente, dándose el espacio necesario en cada curva, algo que otros pilotos parecen incapaces de aprender, con muestras en esta misma carrera.