Las obras de demolición del mítico trazado brasileño de Jacarepagua ya han empezado. Esta pista, que acogió el Gran Premio de Brasil entre los años 1978 y 1989, desaparece para que se levante en su lugar el Centro de Entrenamientos Olímpico con motivo de los Juegos Olímpicos de 2016. El circuito ya se libró de la demolición en 2005 cuando se quería eliminar para la celebración de los Juegos Panamericanos de 2007. Se pretendía eliminar la mitad de su trazado y acortar cinco curvas en uno de sus extremos para levantar en su lugar el nuevo estadio y sus instalaciones correspondientes. Pero esta vez no habrá indulto.

Ni siquiera el plan de mantener la pista y usarla de aparcamiento para los Juegos Olímpicos y poder más tarde recuperar el trazado para la disputa de carreras ha prosperado. Según el Jornad do Brasil, la Confederación Brasileña de Automovilismo (CBA) y la Federación de Automovilismo del Estado de Río de Janeiro (Faerj) decidieron que el Autódromo Internacional Nelson Piquet en Jacarepaguá se deshabilitará incluso antes de la construcción de una pista nueva en Deodoro, también en la zona oeste de Río. Sin embargo, este plan sólo debería ocurrir en su totalidad en diciembre.

Pero esta no era la información que circulaba entre los medios de comunicación y que enfureció a los líderes de las organizaciones de automovilismo. Por la forma en que salió en la prensa y la televisión, incluso parecía que el Autódromo ya hubiese cerrado sus puertas después de la carrera de Stock Car del domingo pasado. "La demolición que se ha visto ha sido en la tribuna era de una parte ya deshabilitada de la pista. Permitimos que se demoliera para agilizar las obras, pero el calendario automovilístico continúa hasta diciembre", declara el director de Faerj.

Según las previsiones de la Federación, la nueva pista en Deodoro estará lista en 2014 si no se producen retrasos, pero otros periodistas brasileños aseguran que el proyecto se encuentra bloqueado por problemas medioambientales en la Fiscalía General del Estado de Brasil. Hasta que se resuelvan los problemas, las pruebas de las categorías locales se disputarán en Minas Gerais.

Para el año 2016, cuando Río de Janeiro recibirá los Juegos Olímpicos, Jacarepaguá debe recibir grandes inversiones, especialmente en el ámbito del transporte público. El barrio es una de las regiones beneficiarias de las vías rápidas de autobuses, ya que la mayoría de las pruebas se llevarán a cabo en el Autódromo de Jacarepaguá, que lleva el nombre del piloto brasileño Nelson Piquet.

El trazado de Jacarepaguá acogió una carrera de Fórmula 1 en los años 70 cuando en 1978 le arrebató la sede al autódromo de José Carlos Pace, en Interlagos, para albergar del Gran Premio de Brasil. Luego fue el escenario brasileño único durante toda la década de los 80 antes de que, desde 1990, Interlagos recuperara la sede permanente de la Fórmula 1 en Brasil.

El trazado original de Jacarepaguá (oficialmente rebautizado como Nelson Piquet International Autodrome desde 1988) se levantó en 1978 en una zona pantanosa que condicionó su característica de circuito plano. Aunque el idilio con la Fórmula 1 no llegó a ver los años 90, los brasileños han disfrutado de su asfalto con carreras de diversas categorías, incluyendo la norteamericana CART (entre 1996 y 2000) y la MotoGP (entre 1995 y 2004).

El domingo pasado se disputó la sexta cita del campeonato de Stock Car brasileño, que ganó Allam Khodair (Vogel-Motorsport). Pero no fue una carrera más: a buen seguro se trató a la última carrera de este certamen disputada para siempre en este autódromo antes de ser definitivamente demolido.

Se espera que para el segundo trimestre de 2013 las instalaciones permanentes y temporales de los Juegos Olímpicos ya estén terminadas. Las críticas y la polémica por intereses económicos y políticos en torno a la desaparición de uno de los escenarios automovilísticos más tradicionales de Brasil están candentes. No es de extrañar que se espere a un buen número de aficionados este fin de semana, cuando se dispute la cuarta cita del Campeonato brasileño de Gran Turismo (GT, GT3 y GT Premium), pues no sólo querrán disfrutar de la velocidad del automovilismo, sino de una de las últimas ocasiones de pisar el histórico trazado de Jacarepaguá.

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