La edición 2012 de la Aventura 4x4 Toyota ha discurrido por tierras gallegas, por los alrededores de Vigo y Pontevedra para ser más exactos. Hasta allí nos desplazamos durante dos días para conducir los Land Cruiser D-4D 3.0 de 190 caballos con carrocería larga y RAV4 D-4D 2.2 de 150 caballos. Los organizadores ya nos avisaron que fuésemos con ropa lo más cómoda posible porque íbamos a disfrutar de las rutas que nos habían preparado. Además, la lluvia fue, en esta ocasión, una agradable compañera de viaje que nos sirvió para testar mejor las cualidades off road de estos 'bichos'.

Primero nos pusimos a los mandos del Land Cruiser. Disponible también con carrocería corta, optamos por la versión larga para intentar ponerle las cosas más difíciles. Nada más arrancar, nos desviamos de la carretera siguiendo las indicaciones del dispositivo GPS portátil especial que se ha instalado y surge la primera complicación: una gran rampa de ascenso repleta de enormes piedras por las que 'chorrea' el agua de la lluvia. Sin activar los controles específicos del todoterreno y seleccionada la primera velocidad del cambio automático, el Land Cruiser repta apoyando sus neumáticos de invierno sin problemas. Primer round salvado.

El Land Cruiser se comercializa con carrocería de tres puertas y otra de cinco, 45 centímetros más larga

Sucesivamente, alternamos caminos en buen estado con otros en los que pensamos que este gran TT no va a pasar por sus dimensiones, mientras la niebla aparece poco a poco tras la espectacular vegetación de la zona. Nos equivocamos: leves maniobras en las que echamos un vistazo a la cámara de marcha atrás y los 4,76 metros de longitud salvan los obstáculos de nuevo. La amortiguación delantera independiente trabaja sin rechistar y 'devora' cualquier irregularidad del terreno. En ningún momento acudimos a la electrónica para que nos salve de algún apuro; de 10.

El recorrido del primer día toca a su fin, algo que agradece nuestro estómago, que no ha parado de moverse ante los continuos vaivenes. Antes de llegar al hotel, estaba previsto hacer un vadeo pero el aumento del caudal del río no permite que lo atravesemos con garantías, no porque el Land Cruiser no pueda hacerlo, como bien nos apunta un miembro de Toyota que nos espera con un chubasquero y con ciertos tiritones debido al frío, sino porque el RAV4 puede tener algún que otro problema. Leve vistazo a las 'salvajes' aguas y lo entendemos.

El RAV4 apenas tiene controles para el 4x4

A la mañana siguiente, ya con el cielo casi despejado, cambiamos de volante, ahora toca el del RAV4. En nuestra cabeza resonaban las palabras del día anterior; “el RAV4 puede tener algún que otro problema”. Somos conscientes de que viene equipado con neumáticos de verano, mientras que los Land Cruiser de esta expedición montan los de invierno, sin olvidar que tiene una electrónica menor y medidas 4x4 recortadas, como el ángulo ventral, el de entrada o el de salida. A priori, jugamos con desventaja. Nos volvemos a equivocar.

Con un trazado similar al del día anterior, el RAV4 con cambio manual de seis relaciones comienza sin titubeos. Subidas, bajadas, charcos, un leve vadeo, ramas tiradas... absolutamente todo lo sobrepasa sin inmutarnos, bien es cierto que el conductor tiene que hacer más 'manos' en el momento que aparecen las dificultades, nada fuera de lo normal.

Terminada la prueba, una reflexión surge entre los compañeros nada más bajarnos del RAV4: quizá buena parte de los conductores de este automóvil desconozcan que su coche 'callejea' por estas zonas pero puede y lo hace sin 'miedos'.

Toyota Land Cruiser 2012: Ligeros cambios

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