Su morro que parece prolongarse hasta el infinito, sus faros carenados, o su estilizada carrocería le han convertido por méritos propios en uno de los automóviles más bellos de la historia. No es de extrañar que tenga un espacio permanente reservado en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

El Jaguar E-Type, fue presentando el 15 de marzo de 1961 y causó un gran impacto en el panorama automovilístico. Su diseño atemporal obra de Malcolm Sayer, los 240 kilómetros/hora que alcanzaba o su precio competitivo -2.256 libras en la época- respecto a otros deportivos terminaron por cautivar al gran público, Tony Curtis, Brigitte Bardot o Steve Mcqueen no pudieron resistirse a sus encantos y acabaron comprando uno.

El nuevo modelo de Jaguar tenía la difícil misión de sustituir a los exitosos XK, de los que aprovechaba su motor, un 6 cilindros en línea de 3.800 centímetros cúbicos y culata de aluminio que entregaba 265 caballos que le permitían llegan a 100 km/h en menos de 7 segundos. En los 14 años que estuvo en la venta, el E-type contó con dos evoluciones –Serie II y Serie III- entre la que destaca la introducción de un motor V12 de 272 cv, que causó furor especialmente en Norte América.

Las más de 70.000 unidades producidas en sus distintas variantes –Coupé, Convertible y Coupé 2+2- lo sitúan como el primer deportivo en serie de Europa.


Los automóviles míticos siempre tienen alguna anécdota que ensalza su leyenda y en el caso del E-Type no podía ser menos. Tal fue el éxito en su presentación en el Salón de Ginebra y el fervor de los asistentes por verlo en acción. Tras recorrer los 1.159 km que separan Coventry de Ginebra por carreteras de la época en una noche, un E-Type a los mandos del jefe de pruebas Norman Dawis, pudo finalmente hacer la demostración el día siguiente a su presentación mundial.


Jaguar ha preparado unos actos conmemorativos para celebrar el medio siglo de E-Type. Estos comenzarán en el Salón de Ginebra de este año y más tarde recorrerán algunos de las citas más prestigiosas como el concurso de elegancia de Pebble Beach, el Festival of Speed de Goodwood o el Nurburgring Old Timer GP.


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