2.000 dólares lleva invertido Iván Sentch en la fabricación de su Aston DB4 casero y es que uno original, del que quedan apenas mil unidades en todo el mundo, tiene un coste que en ocasiones se dispara hasta el millón de dólares. Y es que se ha propuesto tener su propio clásico a base de emplear unos planos, una impresora en 3D y mucho plástico para moldear.

Para crear este original concepto, Sentch ha empleado el programa 3ds Max de Autodesk y una impresora Solidoodle, con los que ya lleva impresos el 72% de las piezas que necesita para ensamblar el DB4. Pero, como era de esperar, sólo puede obtener detalles pequeños. ¿Y cómo hace para tener los grandes? Los divide en pequeñas partes que luego junta, caso de lo que ocurre para las aletas, el techo o las puertas. Una vez que lo tenga ensamblado, deberá lijarlo para eliminar los restos de las uniones así como dar una imprimación, pintarlo y dejarlo secar. Una vez terminado con el exterior pasará al interior: para crearlo, repetirá la fórmula empleada en el diseño exterior.

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¿Y qué pasa con la mecánica? Ahí sí que utilizará un motor y una transmisión real. Para que este DB4 3D se mueva, Sentch empleará el motor y la transmisión de un Nissan Skyline GTS de 1993 que, en el mercado de ocasión de su país, se encuentran a muy buen precio, aunque también está estudiando emplear un motor eléctrico, si bien la idea de la recarga de las baterías no le convence.

El objetivo es tenerlo listo no más tarde de 2018. Veremos si lo logra...