La gran mayoría de fabricantes automovilísticos ha optado por dirigir sus hojas de ruta hacía dos pilares básicos con los que tratar de cubrir las principales necesidades de sus clientes, siendo estos la electrificación y los SUV, por lo que ya es bastante habitual encontrarse con este tipo de modelos en las cada vez más variadas gamas de las marcas. Si echamos un vistazo al catálogo de Mazda veremos que hay un recién llegado –situado por encima de su todocamino de referencia en Europa hasta hace muy poco tiempo, el CX-5– cuyo principal objetivo pasa por combatir contra todos esos SUV premium nacidos en Alemania, aunque no son los únicos ya que en Francia también saben hacer muy bien las cosas y el mejor ejemplo lo tenemos con el recién actualizado DS 7.

Ambos disponen de una variada gama de motorizaciones entre las que se incluyen, como no podía ser de otra forma, opciones basadas en unos sistemas de propulsión híbridos enchufables con los que superar los 300 caballos, asociados a cambios automáticos encargados de entregar toda esa potencia a sus dos ejes y unos consumos de combustible contenidos, impropios de vehículos que rondan las dos toneladas de peso, aunque siempre que tengamos un enchufe cerca al que poder conectarlos. Todo ello bajo un enfoque premium cargado de elementos pensados para hacer los viajes muchos más placenteros tanto al conductor como al resto de ocupantes.

Comparativa Mazda CX-60 y DS 7 - fotos
mazda cx60 y ds7

Estética y medidas

En lo referente a la estética, el modelo japonés no llama tanto la atención cuando lo tienes delante, aunque sí lo hace por sus dimensiones ya que estamos ante un modelo que se va hasta los 4,74 metros de largo, presentando una generosa batalla de 2.870 milímetros. El DS 7, por su parte, rezuma elegancia por cada rincón y, gracias a su acabado La Première (el más exclusivo de la gama), goza de un toque de distinción que no te permitirá pasar desapercibido allá por donde vayas. El contendiente francés es más compacto ya que mide 15 centímetros menos, aunque presenta una anchura de 1,89 metros –idéntica a la del Mazda CX-60–, pero con una silueta más estilizada que le permite rebajar su altura en 6 cm y una distancia entre ejes de 2.738 milímetros. Esas diferencias en sus dimensiones también provocan que el elegante SUV francés sea 110 kilos más ligero, pero el afinado chasis de su contrincante asiático, del que hablaremos más adelante, le permite equilibrar la balanza en este sentido.

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Christian Colmenero//Car and Driver
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Interior, plazas traseras y maletero

De puertas para dentro también se puede percibir una gran diferencia en lo relativo al diseño de un habitáculo que ofrece más espacio para los ocupantes delanteros en el caso del Mazda. En este, se ha buscado el minimalismo, con un puesto de conducción muy acertado que se parece más al de un turismo, una gran consola central y una pantalla del sistema multimedia que no es táctil y se ubica en la parte superior del salpicadero. Sus asientos son cómodos, aunque no gozan del agarre lateral que sí se encuentra en los de un DS 7 cuyas principales superficies están cubiertas de Alcantara y materiales de gran calidad. En este caso sí disponemos de una pantalla mucho más generosa (12 pulgadas) que poder manipular con nuestros dedos, aunque esta viene acompañada de una botonera tan elegante como poco acertada pues carece de botones físicos, lo cual se echa de menos pues puede provocar unas distracciones que no conocerá el conductor del CX-60 (especialmente si la luz del sol incide sobre ella).

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Christian Colmenero//Car and Driver
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Al pasar a las plazas traseras el usuario del Mazda se encontrará con una agradable sorpresa pues sus puertas posteriores se abren en un ángulo próximo a los 90 grados, lo que facilita la entrada y salida de los ocupantes. El modelo japonés goza de una generosa anchura y espacio para la cabeza, no tanto para los pies y lo mismo ocurre cuando se trata de acomodar nuestras piernas pues no disponemos de la distancia deseada respecto al asiento delantero. El DS 7 aprovecha mejor sus dimensiones ya que al colocar su motor de forma transversal sí que gozamos de todo ese espacio que se echa de menos en un vehículo del tamaño del Mazda, aunque es cierto que los pies van mucho más justos. No obstante, el SUV francés prescinde por completo de un túnel central que hace de la plaza central un lugar más adecuado para viajar en comparación con la del CX-60. En esa zona céntrica ambos disponen de dos tomas USB (del tipo C en el Mazda) y salidas de aireación, aunque el primero aporta asientos calefactables y una toma de corriente de 220 voltios, mientras que el segundo permite a los ocupantes regular la temperatura y la intensidad gracias a su climatizador.

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Christian Colmenero//Car and Driver
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En lo relativo al maletero el CX-60 presenta unas formas más regulares, pero no tiene un doble fondo que sí hace acto de presencia en un DS 7 que, a cambio, propone una bandeja mucho más consistente que la del modelo japonés. Sin embargo, este último dispone de una toma de corriente de 225 voltios/1.500 W y una red lateral para sujeción de objetos. El volumen de carga de ambos es parecido, aunque algo mayor en el Mazda pues ofrece 570 litros por los 555 de su rival, ampliados hasta los 1.726 y 1.752 respectivamente. Por cierto, los dos ofrecen un portón de apertura automática con función manos libres que funciona realmente bien.

mazda cx60 y ds7
Christian Colmenero//Car and Driver
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Ficha técnica

  • Longitud: 4,74 / 4,59 metros
  • Anchura: 1,89 metros
  • Altura: 1,68 / 1,62 metros
  • Batalla: 2,87 / 2,63 metros
  • Peso: 2.070 / 1.960 kilos
  • Maletero: 570 - 1.726 / 555 - 1.752 litros
  • Motorización: sistema PHEV de 328 CV / sistema PHEV de 360 CV
  • Transmisión: automática de ocho relaciones
  • Capacidad de la batería de alta tensión: 17,8 / 14,2 kWh
  • Potencia de carga máxima: 7,2 / 7,4 kW
  • Frenos: discos delanteros ventilados de 347 mm; discos traseros ventilados de 328 mm / discos delanteros ventilados de 380 mm; discos traseros de 290 mm
  • Aceleración (0-100 km/h): 5,8 / 5,6 segundos
  • Velocidad máxima: 200 / 235 km/h
  • Consumo de combustible: 1,5 / 1,8 l/100 km
  • Emisiones de CO2: 33 / 40 g/km
  • Precios: desde 48.719 / 40.499 euros

Comportamiento

Llegados a este punto toca retomar ese parte anterior en la que mencionábamos el chasis del Mazda. Cuando te subes a este coche sientes que estas ante un SUV de grandes dimensiones, con un peso elevado que supera las dos toneladas (2.070 kilos) y una dirección que también se siente muy pesada. Digamos que no se postula como la alternativa ideal para atravesar una carretera revirada. Sin embargo, cuando decides sacarlo de la autovía sale a relucir su plataforma de nuevo desarrollo, una arquitectura que permite al CX-60 olvidarse de toda su masa y desenvolverse con maestría por entornos virados, camuflando notablemente el subviraje y con un control de movimientos de la carrocería realmente satisfactorio. A esto se suma una dirección muy precisa que dota al conjunto de una agilidad sorprendente en este tipo de entornos. En ciudad, se beneficia de una maniobrabilidad sorprendente, una buena visibilidad y una suspensión que filtra las imperfecciones del asfalto de forma correcta pues no se siente todo lo refinada que nos gustaría.

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Christian Colmenero//Car and Driver

Al pasar al DS 7 esa sensación de coche pesado desaparece por completo. Lo que tenemos entre manos es un SUV que se comporta al mismo nivel del Mazda en entornos virados, gracias a la puesta a punto del chasis por parte del equipo DS Performance (la carrocería va rebajada 15 milímetros y las vías se ensanchan 24 mm delante y 10 mm detrás), pero con la diferencia de sentirse mucho más refinado y con un grado de confort superior en cualquier circunstancia. Además, goza de una dirección a la que le gusta más brindar información al conductor, aunque sí es cierto que el tacto del pedal de freno se nota mucho más artificial que el del CX-60. Sin embargo, dispones de una capacidad de detención realmente elevada y una resistencia a la fatiga mejorada gracias a sus discos delanteros de 380 milímetros con pinzas específicas de cuatro pistones. Todo ello envuelto con una capacidad de aislamiento superior a la de su rival, que te permitirá disfrutar de largos viajes por carretera mientras contemplas como el resto de conductores gira la cabeza a tu paso.

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Christian Colmenero//Car and Driver

Motores y consumo

Bajo el capó de ambos se encuentra un tren motriz híbrido enchufable basado en un propulsor térmico de cuatro cilindros. Mazda se decanta por una unidad de 2.5 litros en combinación con un único motor eléctrico de 129 kW, ubicado en la parte delantera, de modo que la tracción total se consigue gracias a la presencia de un eje de transmisión. En combinación, el sistema PHEV desarrolla 328 caballos y un par máximo de 500 Nm. Si pasamos de la teoría a la práctica tenemos un conjunto que empuja mucho, especialmente tras cambiar de marcha, con una gran respuesta desde abajo. Curiosamente, el motor –en ocasiones– emite un ruido un tanto peculiar cuando aceleramos a fondo desde parado, como si recibiera la ayuda de un compresor volumétrico, aunque en realidad es una unidad atmosférica que sube rápido de vueltas hasta alcanzar las 6.000 rpm. En cuanto al cambio –una transmisión automática de ocho relaciones– cumple bastante bien en una conducción alegre, manteniendo la marcha en modo manual si así lo configuras, y es suave a ritmos tranquilos.

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La fórmula del DS es diferente ya que combina un bloque de 1.6 litros con dos motores eléctricos de 81,2 y 83 kW –uno en cada eje– para así obtener un total de 360 caballos y un par máximo de 520 Nm. Por tanto, no hay conexión mecánica entre el tren delantero y el trasero. Este conjunto, pese a ofrecer unos números superiores, no se siente más capaz en lo que a sensaciones se refiere ya que la respuesta no es tan contundente como la del Mazda. Es un coche rápido (tarda 5,6 segundos en alcanzar los 100 km/h), pero cada vez que cambia de marcha notas un pequeño vacío que no está presente en su rival, es decir, el empuje tarda algo más en llegar; y las 6.000 vueltas no se alcanzan con tanta inmediatez. Además, el cambio (nuevamente, una transmisión automática de ocho relaciones) en conducción deportiva es algo desesperante ya que no dispone de un modo manual y resulta difícil mantener la marcha deseada, por lo que será mejor prescindir de las levas.

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Dicho esto, el sistema de propulsión del DS 7 es algo más eficiente ya que, si la batería de alta tensión se agota, se conforma con un consumo combinado de 7,5 litros a los 100 kilómetros, unas cinco décimas menos que su rival. Además, la transición de eléctrico a híbrido es mucho más suave y silenciosa, sin apenas darte cuenta de que el motor de combustión está funcionando.

Equipamiento y precio

Mazda ofrece su CX-60 con cuatro acabados diferentes: Prime-Line, Exclusive-Line, Homura y Takumi, con un generoso equipamiento desde el más asequible de todos ellos. Así, encontramos llantas de 18”, alarma antirrobo, conexión inalámbrica con Apple CarPlay y Android Auto, cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas y faros con tecnología LED. Todo ello sin olvidarnos del navegador, los sensores de parking traseros, el equipo multimedia con 8 altavoces y una serie de asistentes a la conducción de lo más beneficiosos, tales como el control del ángulo muerto con detector de tráfico trasero y función de ayuda al salir del habitáculo. El precio de partida del SUV japonés es de 48.719 euros, cantidad que asciende hasta los 54.269 del acabado Homura de nuestra unidad de pruebas.

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Por su parte, el modelo francés, suma dos acabados más a su oferta, siendo estos los Opera, Bastille, Performance Line, Performance Line+, Rivoli y La Première. Desde el primero de ellos disponemos de llantas de 18”, acceso y arranque sin llave, sistema multimedia DS Iris System con pantalla táctil de 12 pulgadas y los faros con tecnología LED. También se incluyen sensores delanteros y traseros, regulador de velocidad, cuadro de instrumentos digital de 12,3 pulgadas y la frenada automática de emergencia. Uno de los grandes atractivos de este coche, la DS Active Scan Suspension (una suspensión adaptativa que se anticipa a las irregularidades del asfalto que están por venir), se incluye en acabados más altos y lo mismo ocurre con el atractivo reloj BRM encargado de presidir el salpicadero. El DS 7 parte desde los 40.499 euros, aunque si se opta por el acabado de nuestra unidad, el más exclusivo de todos (La Première), dicha cantidad aumenta hasta los 68.750 euros.

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A favor del Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV: Equipamiento de serie, apertura puertas traseras, chasis, empuje del sistema híbrido, cambio automático, tacto del pedal de freno.
En contra del Mazda CX-60 e-Skyactiv PHEV: espacio para las piernas en plazas traseras, consumo de combustible, peso.
A favor del DS 7 E-Tense 4x4 360: Estética, acabados, habitabilidad trasera, suspensión DS Active Scan, chasis DS Performance, refinamiento del sistema híbrido, prestaciones.
En contra del DS 7 E-Tense 4x4 360: Tacto del pedal de freno, respuesta del cambio automático en conducción deportiva, precio acabado La Première.