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Los 27 países que componen la Unión Europea acaban de aprobar el texto definitivo de la próxima normativa de reducción de emisiones contaminantes en vehículos, la conocida Euro 7. Con la luz verde de los ministros europeos del ramo, la Euro 7 entrará en vigor tan pronto como se publique su texto en el Diario Oficial de la UE.
Una normativa que, como ya venía adelantándose en el acuerdo previo que alcanzaron el pasado diciembre el Parlamento y el Consejo de la Unión Europea, pospone finalmente a 2027 el cumplimiento de los estándares de emisiones de CO2 que exigirá esta normativa para los fabricantes de turismos y furgonetas, y a 2029 en el caso de los constructores de camiones y vehículos pesados.
Y es que la Euro 7 aprobada estos días rebaja sensiblemente las pretensiones de la propuesta original de la Comisión Europea, las cuales recibieron en su momento duras críticas por parte de las grandes figuras de la industria automotriz debido a su severidad. Aun así, varios de los aspectos más controvertidos y a la vez más novedosos de la Euro 7, como el que atañe a los frenos y los neumáticos, permanece sin cambios después de este trámite.
Ni los eléctricos se escapan
En definitiva, la aprobación de esta Euro 7 menos severa supone un cierto alivio para el sector de la automoción, que ya había dejado patente a lo largo de los últimos años sus dudas y objeciones. Y es que la nueva normativa mantendrá los mismos límites de emisiones de CO2 medidos desde el tubo de escape que ya marcaba la anterior Euro 6 en turismos y furgonetas (120 g/km para gasolina, 90 g/km para diésel), así como las condiciones de las pruebas de homologación, que tampoco sufrirán cambios.
Asimismo, la introducción de la normativa también dilata notablemente sus plazos con respecto al horizonte original que la UE fijaba para 2025. El texto aprobado establece que la Euro 7 entrará en vigor para los vehículos ligeros 30 meses después de su aprobación definitiva, y 48 meses después para los pesados. Por su parte, los considerados como pequeños fabricantes (Morgan, Caterham, Wiesmann, etc.) gozarán de una moratoria hasta 2030 para prepararse mejor de cara al nuevo escenario.
Sin embargo, donde Bruselas no ha relajado ni un ápice sus intenciones es en el nuevo apartado relacionado con las emisiones de partículas contaminantes de neumáticos y frenos, fundamentalmente restos microscópicos de caucho o ferodo producidos por el desgaste de estos componentes durante su uso habitual. Aquí la Euro 7 estipula un límite de 3 mg/km para los vehículos ligeros 100% eléctricos y sendos límites de 7 mg/km para la mayoría de vehículos de combustión, híbridos o de hidrógeno y de 11 mg/km para las furgonetas de combustión de gran tamaño.
Y es que, aunque no contaminen directamente la atmósfera, los vehículos cero emisiones tampoco se quedan al margen de esta nueva normativa europea. Los modelos eléctricos e híbridos deberán conservar, como mínimo, el 80% de la capacidad de su batería desde el inicio de su vida útil hasta los cinco años de antigüedad o los 100.000 km, y el 72% hasta los ocho años o los 160.000 km, lo que antes ocurra.
Por último la Euro 7 obligará a cada turismo, furgoneta, camión o vehículo pesado que se comercialice en el territorio de la UE a llevar asociado un 'pasaporte ambiental vehicular' que recogerá, entre otros, los datos de sus emisiones de CO2, su consumo de combustible o electricidad o su autonomía homologados para su modelo en el momento de su matriculación.
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