No acostumbramos a hacernos eco de los nombramientos y salidas de los ejecutivos de la industria automotriz. Pero éste es un caso lo suficientemente interesante como para salirnos de esa línea. Y es que se ha revelado que Aston Martin, a golpe de talonario, se ha hecho con los servicios de Adrian Hallmark, el CEO de Bentley. A sus 61 años, Hallmark ocupará su nuevo puesto a finales de año tras un movimiento que, haciendo un símil entre ambos fabricantes británicos y los equipos de su Premier League, sería algo así como abandonar el Manchester United para fichar por el Manchester City.

Si bien la salida de Hallmark no es ninguna sorpresa (a fin de cuentas, es un experimentado ejecutivo que ha logrado un éxito sin precedentes para Bentley), la sincronía del movimiento llama mucho la atención. Apenas una semana antes, Hallmark organizó una rueda de prensa para Bentley donde habló largo y tendido sobre la estrategia futura de su compañía saliente, incluyendo la controvertida decisión de retrasar su calendario de electrificación. Es extraño que el mandatario de una compañía hable de planes de futuro a largo plazo justo antes de pasarse a las filas de un rival directo. Será interesante ver si su sustituto en Bentley mantiene la misma línea.

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Bentley Motors

Asimismo, Hallmark deja atrás un puesto más que blindado en favor de un asiento de mando que, bromas Bondianas aparte, parece más bien un asiento eyectable. Se convertirá en el quinto CEO de Aston Martin en poco más de una década, el cuarto en cuatro años. Hallmark reemplazará a Amadeo Felisa, el otrora directivo de Ferrari que ostenta el cargo desde 2022, cuando el antiguo mandamás de AMG Tobias Moers fue despedido tras romper relaciones con Lawrence Stroll, a la sazón copropietario y jefe ejecutivo de la marca. Visto ahora, y a punto de cumplir los 78 años, parecía claro que Felisa no tendría un largo compromiso con Aston Martin. El italiano permanecerá como CEO hasta que Hallmark, ahora en gardening tras abandonar Bentley, pueda tomar el puesto en octubre.

A Hallmark no le van a faltar desafíos. Los productos de Aston Martin han mejorado mucho, el nuevo DB12 representa una gran mejora sobre el DB11 al cual sustituyó, pero las cifras de ventas siguen muy por detrás de las de sus competidores. Los de Gaydon vendieron en 2023 6.620 coches en todo el mundo, muy cerca de su récord de 6.850 coches que lograron en 2007. Sin embargo, estos números los acercan al farolillo rojo del segmento de gran lujo, mientras en el mismo periodo de tiempo Ferrari ha vendido 13.663 coches, Bentley 13.560, Lamborghini 10.112 e, incluso, la todavía más elitista Rolls-Royce se les acerca con 6.032 coches.

Aston Martin mantiene acuerdos de intercambio de tecnologías con Mercedes-Benz, quien le provee de motores V8 AMG, y con el fabricante Lucid, con quien colaborará para crear su futura gama de modelos 100% eléctricos, el primero de los cuales se presentará en 2026. La firma de las alas también trabaja en una variante híbrida enchufable del SUV DBX. Y todavía sigue poniendo esfuerzos en la creación de su supercoche con motor central, el próximo Valhalla, que acumula un significativo retraso pero que combinará la fuerza del V8 AMG con asistencia híbrida y un eje delantero propulsado por electricidad.

Otro asunto complicado es la propiedad misma de Aston Martin. Tanto Mercedes-Benz como Lucid Motors poseen pequeñas participaciones en la compañía, pero los accionistas mayoritarios con el consorcio Yew Tree de Stroll, el fondo público de inversiones de Arabia Saudí y el gigante chino de la automoción Geely. Relacionarse con tantos inversores requerirá mucha mano izquierda y dotes diplomáticas. Y, por si fuera poco, Aston Martin todavía sostiene una batalla legal con el grupo de concesionarios suizo St. Gallen por el dinero obtenido en su día con los depósitos procedentes de las reservas del Valkyrie.

Ahora cabe preguntarse: ¿Quién reemplazará a Hallmark en Bentley? ¿Acaso podría ser alguno de sus predecesores en Aston Martin?

Vía: Road & Track
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Mike Duff
Senior European Correspondent

Our man on the other side of the pond, Mike Duff lives in Britain but reports from across Europe, sometimes beyond. He has previously held staff roles on U.K. titles including CAR, Autocar, and evo, but his own automotive tastes tend toward the Germanic: he owns both a troublesome 987-generation Porsche Cayman S and a Mercedes 190E 2.5-16.

Lettermark

Especializado entusiasta en motor, competición, historia y técnica del automóvil. Eterno aprendiz, también, en el novedoso sector de la movilidad sostenible. Licenciado en Periodismo con varios años de experiencia en esto de hablar sobre las cuatro ruedas.