Ha transcurrido casi un año desde que te los presentamos aquí, gracias a una serie de imágenes que se filtraron desde la propia Guardia Civil, pero tras un largo periodo de pruebas y alguna que otra traba legal, los radares Velolaser de la DGT ya están operativos así que es el momento de que resuelvas todas tus dudas sobre estos dispositivos, especialmente compactos, sofisticados y en definitiva, eficaces. Respondamos pues a las preguntas frecuentes sobre los mismos.
¿Cuántos hay y cómo son?
Hablamos de unos 60 dispositivos dotados de la última tecnología láser, con un tamaño tan reducido que se pueden sostener con una sola mano –miden menos de 50 centímetros y pesan unos 3 kilos–. Disponen de multitud de soportes que les permiten anclarse a coches, motos, guardarraíles, señales de tráfico o pequeños trípodes. Sin duda, esta característica es una de las que los convierten en los radares más indectables usados en España hasta la fecha, pero no la única: su tecnología punta los hace invisibles ante los habituales detectores de frecuencia cuyo uso, por otro lado, está prohibido.
¿Cómo funcionan?
Los radares Velolaser funcionan de forma autónoma ya que tienen conexión inalámbrica –vía WiFi o 4G– con la patrulla de tráfico que los está empleando y sus baterías garantizan una autonomía aproximada de 5 horas. De esta forma, los agentes reciben a distancia y en su tablet, todas las fotografías que el Velolaser está realizando en un determinado punto. Además, ante cualquier fallo de conexión, las infracciones quedan registradas en una tarjeta SD incorporada en el propio dispositivo, así que no hay escapatoria.
¿Qué prestaciones ofrecen?
Estos pequeños dispositivos son capaces de detectar velocidades de hasta 250 km/h a una distancia de entre 15 y 50 metros y en los dos sentidos circulatorios. De la misma forma, también es importante destacar que el margen de error que se les aplica a sus fotografías es del 5% y no del 7% como en los habituales radares camuflados. Una sentencia del Tribunal Supremo equipara a los Velolaser con los radares fijos de nuestras carreteras, dada su eficacia. En el vídeo que viene a continuación puedes ver uno de los primeros Velolaser activos en nuestro país, concretamente en Puentevea –La Coruña–. Solo lo apreciarás si te fijas con atención.
¿Cuando y dónde están operativos?
Generalmente en carreteras convencionales, las recientemente limitadas a 90 km/h y en cualquier momento del día, pues incluso de noche son capaces de distinguir los tipos de vehículos –turismos, comerciales, camiones, etc– y detectar si su velocidad es inapropiada. Pero los Velosaler operativos también han sido avistados ya en autovías, autopistas e incluso en calles de distintas ciudades españolas. Incluso, algunas formas de camuflaje elegidas por los agentes, han levantado ampollas en la red.
Recientemente, gracias a la App SocialDrive, hemos podido conocer el mapa de acción de los Velolaser en España hasta la fecha. Una información cuanto menos valiosa y a la que puedes acceder haciendo clic en esta imagen.
¿Cuánto han costado?
En total la inversión de Tráfico en estos radares –realizada en noviembre de 2017– asciende a 860.000 euros, unos 14.400 euros por dispositivo que el departamento entonces dirigido por Gregorio Serrano, estimó amortizar con "las primeras 300 sanciones".
¿Cómo multan?
Como norma general, los agentes de Tráfico que los manejan están informando a los conductores de la infracción cometida deteniéndolos tras haber sido interceptados por el radar. De hecho, la norma les insta a proceder de esta manera "siempre que sea posible". No obstante, también se especifica que no es obligatorio informar al conductor para proceder a sancionarlo, pudiendo notificarle de la infracción por correo postal, con una imagen adjunta.
Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.
