Estamos en Tokio (Japón), donde recientemente se celebró una concentración de Lamborghini. Una serie de propietarios orgullosos sacaron a pasear sus deportivos por las calles de capital nipona bajo la atenta mirada de los entusiastas de la marca que, afortunadamente, acudieron con sus cámaras al evento.

Los objetivos de varios aficionados recogieron un momento seguramente inolvidable para su protagonista, uno de esos conductores que se gustan gustando a la afición. Ahí va él tan orgulloso en su Lamborghini Diablo amarillo, iniciando la marcha con las puertas bien abiertas, para recordarnos que, sí, éste fue uno de los primeros deportivos de la casa de Sant'Agata en montar puertas tipo 'alas de mosca', de apertura horizontal.

En un momento determinado, el conductor y su acompañante se deciden a bajar las puertas para que el motor V12 de 5.7 litros y 492 caballos sea el protagonista. Un brusco acelerón hará las delicias de los asistentes, debió pensar, pero no contó con el consecuente sobreviraje hacia la derecha al que sólo el guardarraíl izquierdo pudo poner fin.

En las imágenes se aprecian daños importantes en la zona delantera del Diablo, pero al menos tanto el conductor como el acompañante no sufrieron daños importantes, más allá de la vergüenza que tuvieron que soportar ambos.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.