No es la primera vez que vemos cómo el conductor de un deportivo queda en evidencia después de tratar de efectuar una salida al puro estilo Ken Block aprovechando la potencia de un tracción trasera y el estado deslizante del asfalto. De hecho, tampoco es ésta la primera ocasión en la que el vehículo empleado para semejante númerito es el Ford Mustang y por supuesto, todo volvió a salir mal.

El ser humano continúa haciendo gala de su capacidad para tropezar con la misma piedra una y otra vez superando –eso sí– el nivel de ridículo a la primera oportunidad que tiene. Éste fue el caso del protagonista del siguiente vídeo que según indicaron los dos jóvenes que le grabaron, se situó a la altura de éstos para pedirles que filmaran con sus smartphones la maniobra que estaba a punto de realizar.

Sí, al puro estilo fanfarrón de toda la vida. Sin embargo, a la hora de poner en práctica su pericia al volante reflejó una completa incapacidad para controlar el latigazo del tren trasero y tras dos erráticos contravolantes terminó 'aparcando' el Mustang en un concesionario Lamborghini. Desde luego, el desenlace de la historia pudo ser mucho peor porque sólo la valla del mismo evitó que el muscle car impactara con alguna de las joyas de Sant'Agata que descansaban en aquel lugar, algo que le hubiera costado mucho más caro que el ridículo a este joven.

Los dos encargados de grabar el accidente no dudaron en aparcar su coche, un Volkswagen Golf y acudieron a socorrerle aunque éste les indicó que estaba perfectamente. Todo quedó en un susto y –esperemos– en un buen escarmiento.

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