Estamos en Knoxville, Tennessee –Estados Unidos–, donde se ha organizado un 'Cars & Coffee', ese tipo de reuniones que todos imaginamos como un amistoso y tranquilo coloquio entre aficionados al motor para charlar de lo que más les apasiona. Sin embargo, ya sabemos que no todo el mundo asimila la cafeína de igual de bien pero cuando tienes las llaves de un Dodge Viper Roadster en la mano y llevas unos cuantos cafés encima, más te vale no ser uno de ellos.

Esto fue lo que le pasó al protagonista del siguiente vídeo, un tipo que en un momento determinado decidió convertir este pacífico encuentro en una exhibición personal. Tenía que demostrarle a todos los allí presentes, las grandes capacidades de su deportivo y por supuesto, su pericia al volante así que estrujó al máximo el acelerador, giró la dirección en un errático intento de hacer drifting y terminó perdiendo por completo el control del deportivo al que terminó estrellando contra unos árboles estratégicamente situados en la divisoria de la avenida.

El Dodge Viper Roadster de las imágenes monta un V10 de 8.3 litros en posición delantera que entrega 500 caballos a las ruedas traseras.

Sin duda, el ridículo fue mayúsculo y aunque en su defensa hay que decir que el Dodge Viper siempre fue un coche realmente delicado de llevar al límite y que estamos seguros de que sus neumáticos no pasaban por su mejor momento, lo cierto es que semejante comportamiento es injustificable. Sólo la fortuna evitó males mayores y es que tan sólo el orgullo de nuestro protagonista y su coche, resultaron gravemente dañados.

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