Hemos visto esta historia repetida en mil y una ocasiones. El dueño de un determinado supercar decide modificarlo, empezando por pequeñas reformas pero en su afán de distinguirse del resto, inicia una escalada de potencia. Reemplaza turbocompresor, admisión, escape y un largo etcétera. Superadas determinadas barreras psicológicas, nunca es suficiente y metidos en harina, lo único imprescindible es demostrar que nuestro coche es uno de los más rápidos del mundo… aunque sea en línea recta.

Todo parece muy sencillo, una larga recta medianamente bien asfaltada, nuestro deportivo súper preparado y nosotros al volante, dispuestos a agarrarlo con fuerza y a esperar que pasen los segundos para hacer historia. Después, solo quedará mostrar con orgullo a la cámara esas mareantes cifras de aceleración y velocidad punta que registra hoy en día cualquier aparato de telemetría.

Sin embargo, a menudo se nos olvida el riesgo que corren estos individuos con su conducta. Nada es tan fácil como parece y esta semana nos hemos encontrado con dos sucesos que se han encargado de demostrarlo. En el primero de ellos, dos individuos se lanzan a 322 km/h con un Chevrolet Camaro preparado por Cunningham Motorsports y el conductor pierde el control del coche a semejante velocidad. Sólo las medidas de seguridad introducidas en el habitáculo evita una verdadera tragedia.

Bien pues sólo dos días después de este brutal accidente, nos hemos encontrado con otro muy parecido. En esta ocasión, el conductor viajaba sólo, pero en un Nissan GT-R preparado con 2.000 CV y a mayor velocidad. Los citados aparatos de medición registraron el golpe a 218 kph, es decir, 351 kilómetros/hora. Sencillamente terrorífico, ¿verdad? Pues no se lo pierdan porque su protagonista amenaza con tratar de repetir su hazaña...

youtubeView full post on Youtube

Lettermark
Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.