A día de hoy mucha gente piensa que los coches de antes eran más duros y por tanto más seguros que los de ahora en caso de impacto. Simplemente por el hecho de romperse y deformarse hasta quedar reducidos a pedazos, se puede llegar a pensar que los coches actuales son más débiles. Nada más lejos de la realidad, un coche moderno está pensado para que toda esa estructura que rodea nuestro habitáculo, se deforme completamente absorbiendo la máxima energía cinética procedente del impacto, protegiendo de esta manera a los ocupantes.

En este caso ha sido el Organismo de Seguridad en Australia y Nueva Zelanda, conocido como ANCAP, el que ha enfrentado a un Toyota Corolla de 1998 contra otro Corolla de 2015 –Auris en el mercado español– para demostrar la importancia de los avances en seguridad a lo largo de este tiempo.

La prueba consiste en un choque semi-frontal entre ambos vehículos a una velocidad de 64 kilómetros por hora. El resultado es el siguiente:

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Como podemos comprobar, las imágenes hablan por sí solas. La protección que ofrece el habitáculo de los vehículos modernos está a años luz. La prueba otorgo cero estrellas al Corolla de 1998, el cual posee daños estructurales catastróficos. Además, el impacto habría causado lesiones severas en la cabeza, el pecho y las piernas de sus pasajeros, de ser un siniestro real, tal y como registraron los sensores de los dummies.

Por el contrario, el Corolla 2015 –nuestro Auris– obtuvo una calificación de cinco estrellas, lo que significa que los pasajeros habrían salido muy bien parados del accidente.

En definitiva, gracias a la evolución que han ido experimentando los vehículos hasta nuestros días, con sistemas como el airbag y la propia estructura absorbiendo la energía del impacto, los conductores estamos completamente más seguros.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta