Según el citado informe, que analiza datos del estado de los neumáticos en las inspecciones técnicas de vehículos, se desprende que casi 825.000 turismos estarían circulando con defectos graves. De ellos hay 90.666 turismos que circularían con neumáticos dañados: deformaciones anormales, ampollas, roturas, etc.

En los accidentes con víctimas, si nos centramos en aquellos donde se ha podido detectar algún defecto en el vehículo como posible causa del siniestro, los accidentes donde ha existido un problema en los neumáticos representan 3 de cada 4 de estos siniestros, muy por encima de otros fallos en los vehículos como pueden ser el mal funcionamiento de los sistemas de freno, de dirección o de iluminación.

También se ha constatado un fuerte incremento en el número de importaciones de neumáticos usados, con objeto de dar respuesta a este incremento de la demanda, con un crecimiento de un 58% en cuatro años. De hecho, desde el año 2009 en España importamos más neumáticos usados de los que exportamos, siendo Alemania el principal suministrador.

Riesgos del neumático de segunda mano

Según este estudio del RACE y Goodyear, aun cuando se encuentre en buen estado y no presente defectos aparentes, existe siempre una pérdida de prestaciones. Esto es debido al hecho de que cada vehículo desgasta la 'goma' de una forma diferente, dependiendo del peso, reparto de ejes, tipo de tracción o potencia, por lo que al instalar una rueda que ya se ha amoldado al desgaste del coche que lo utilizó antes, puede producir vibraciones, desgaste prematuro e irregular, menor estabilidad o incremento de la distancia de detención.

El principal problema del neumático de segunda mano es que nunca se llega a conocer su pasado y el uso que se le ha dado, ya que algunos pueden proceder de vehículos desguazados, coches siniestrados, o bien simplemente de países en los que el límite legal de profundidad de banda es superior al nuestro. El caso es que no conocemos el número y la intensidad de los golpes que ha podido sufrir debido, por ejemplo, a bordillazos.

Aunque antes de sacar a la venta un neumático de segunda mano, los distribuidores de este tipo de productos aseguran que se realiza una revisión para desechar aquellos que presentan daños, como cortes, desgastesanómalos o grietas, lo que se desconoce es que, debido a la complejidad su estructura, pueden existir posibles desperfectos internos que no se ven, como por ejemplo bultos, ampollas o deformaciones que tengan como punto y final el sufrir un reventón mientras circulamos, con el consiguiente riesgo para la seguridad.

Otro gran problema de los neumáticos usados que no es capaz de detectar el usuario es su envejecimiento debido a un incorrecto almacenamiento

Todos los neumáticos deben almacenarse guardando unas condiciones concretas que garanticen el mantenimiento de las propiedades de los compuestos, y por lo tanto la adherencia al asfalto. Deben estar a una temperatura media constante de aproximadamente 25 grados.

Por último, en cuanto al posible ahorro económico, aunque el precio de una rueda de segunda mano sea inferior, si tenemos en cuenta que también la profundidad de banda de rodadura es menor, realmente no existen grandes variaciones en lo que se paga por cada milímetro de "dibujo" que nos queda por utilizar, por lo que el ahorro en la mayoría de las ocasiones rondará el euro por milímetro, o será nulo, o incluso puede resultar más caro proporcionalmente.