Son más resistentes al frío, reducen el aquaplaning y permiten un mejor agarre sustituyendo el uso de cadenas, nos referimos a los neumáticos de invierno que con la llegada del frío extremo a ciertas regiones de España son una opción a tener en cuenta.

Desde Adine, la Asociación Nacional de Distribuidores e Importadores de Neumáticos, recomiendan utilizarlos en aquellas zonas de España (especialmente en el norte) donde se producen abundantes lluvias y las temperaturas bajan considerablemente (por debajo de 7º C), dado que son más resistentes al frío, reducen el aquaplaning y permiten un mejor agarre tanto en suelos o nieve como en superficies secas. Además, son una alternativa legal al uso de cadenas.

Los neumáticos de invierno se identifican con el marcaje M+S (Mud and Snow) junto con un pictograma que representa una montaña de 3 picos y un copo de nieve, que certifica su comportamiento a bajas temperaturas en frenada y tracción.

Los neumáticos de invierno son recomendables con temperaturas inferiores a los 7º centígrados.

También se distinguen de uno convencional en que el dibujo es mucho más recortado y profundo que el normal. La banda de rodadura cuenta con gran cantidad de laminillas en los tacos para mantener la adherencia en superficies deslizantes, siendo su principal compuesto una goma especial que conserva sus propiedades ante el frío.

Dados que no todos los conductores optan por esta opción, si no se decide montarlos desde Adine lanzan las siguientes recomendaciones:

• Revisar que la presión es correcta. Para ello es recomendable verificar el manual técnico del vehículo para conocer la presión que deben tener o la que recomienda el fabricante. En este sentido, es preferible hacerlo siempre cuando los neumáticos estén fríos.

• Comprobar que el dibujo tiene una profundidad superior a 1,6 milímetros, tal y como señala la legislación vigente. Es conviene revisar periódicamente el estado de las ruedas del automóvil para asegurar una conducción segura al volante.

• Observar que el dibujo no está muy desgastado, ya que puede resultar peligroso. Su adherencia al pavimento disminuirá, especialmente en una calzada helada o húmeda, siendo necesario aumentar la distancia de seguridad.