Son serios, aplicados y en la mayoría de los casos, parcos en palabras. Quizá por ello, los mecánicos son el blanco perfecto de numerosas críticas y cargan con numerosos clichés. Pero en esta ocasión los que se han manifestado han sido ellos y lo han hecho para quejarse.

Por suerte o por desgracia –eso ya va en gustos– en esta ocasión no han elegido el formato vídeo que tan viral ha resultado a veces, si no que hemos encontrado un buen recopilatorio de las 7 cosas que más molestan a los mecánicos en este blog de Loctite y por supuesto, todas ellas están directamente relacionadas con el trato con el cliente. Toma nota porque seguro que en más de una de las conductas inapropiadas que denuncian, te vas a ver reflejado.

1.- “Todos los mecánicos son muy caros”

Es un clásico, todo cliente que entra por la puerta del taller lo hace desde el convencimiento de que le van a recibir a mano armada. Dentro de la factura de un servicio mecánico, sin embargo, se incluyen muchos conceptos: energía y equipos empleados para la reparación, piezas o recambios, horas de trabajo, nóminas de los empleados, etc. Además, siempre que hablamos de averías, nos referimos a componentes que hay que pedir con urgencia y de forma imprevista.

2.- “¿Mecánicos? Qué poco profesionales…”

Que pongan en duda su profesionalidad es una de las cosas que más les molestan a quienes trabajan en los talleres. Sin embargo, un bulo muy extendido es el de que los mecánicos te arreglan el coche de forma que más pronto que tarde, tengas que volver a pasar por el taller. Indignante.

3.- Los clientes ‘sabelotodo’

Llegan con aires de superioridad, saben perfectamente lo que le sucede al coche y no tardan en dar una solución al problema pero por increíble que parezca, llevan el coche al taller como cualquier hijo de vecino. Sí, son el tipo de cliente más desesperante: los que ellos mismos definen como ‘sabelotodo’. Normalmente están equivocados, pero ya tienen una coartada para discutir cualquier cosa de la reparación y –normalmente– para poner algún ‘pero’ a la misma. “Ves, ya te decía yo que eso…”

4.- “Son brutos, sucios y sin estudios”

¡Vivan los estereotipos! La de mecánico, es sin duda una de esas profesiones más plagadas de ellos. Rodeados de tuercas, grasa, polvo y conversando sobre coches el 90% del día, no era muy difícil cargarles con ellos. Como siempre, son injustos.

5.- La vehículos les llegan en estados poco presentables

Curiosamente, pese a tener ellos esa fama, les toca lidiar con coches que dicen muchas cosas de determinados clientes y sobre todo… ¡de su limpieza! En algunos casos, la suciedad de los propios vehículos, con bajos repletos de barro o vanos motor completamente ennegrecidos –por ejemplo– dificulta y mucho su labor.

6.- Coches en la reserva, el pan nuestro de cada día

Una práctica muy habitual en nuestro país al parecer, es dejar el coche en el taller… ¡casi sin gasolina! ¿Cómo va a probar entonces el mecánico el mismo, ya sea para detectar una avería o para comprobar su solución? Este detalle genera una molestia y por supuesto, también una pérdida de tiempo para el profesional importante.

7.- Las culpas, al mecánico

Nos hemos dejado para el final la que consideramos más grave y quizá también, una de las más frecuentes. Para muchos, llevar el coche al taller implica que a partir de ese momento, todo lo que le suceda será culpa del mecánico. Ya sea por lo que hizo, o por lo que no llevó a cabo. No seamos así, llevemos nuestro coche siempre a un taller de confianza y realicemos un mantenimiento adecuado del mismo. Al final, siempre nos saldrá más barato y evitaremos sustos innecesarios.

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Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.