Mucho se ha hablado y se habla sobre los conductores más pudientes. Se suele asociar la idea de tener dinero con prepotencia, una actitud que normalmente trasladan a la carretera los automovilistas que disfrutan de sus todoterreno o berlinas de lujo, acercándose en exceso al conductor de delante, no señalizando sus movimientos o circulando por encima de la velocidad legal de la vía en cuestión. Para reanimar el debato, desde la facultad de ciencias sociales de la Universidad Berkeley, en California, lo han confirmado: los conductores de BMW son los peores al volante.

En el informe, del que hasta The New York Times se ha hecho eco, los investigadores estudiaron cómo se comportan los automovilistas en California en dos puntos: al aproximarse a las pasos de cebra (donde lógicamente se está obligados a parar si cruza una persona) y al enfrentarse a una intersección en una avenida. El doctor Paul K. Piff, uno de los autores, indica que “ocho de cada 10 lo hizo bien” y el 20% restante, se saltaba la normativa siendo principalmente propietarios de BMW.

De este particular estudio tampoco se libra el Toyota Prius dado el tipo de conducción que hay que llevar para aprovechar al máximo el sistema híbrido de la berlina, con aceleraciones muy progresivas y aprovechando la inercia. Además, en Estados Unidos, el Prius es considerado un vehículo premium.