Desde 2006, la marca de neumáticos Bridgestone hace inspecciones anuales de neumáticos. En 2010, se llevaron a cabo 38.000 pruebas en aparcamientos públicos y centros comerciales de 9 países europeos en los que se incide tanto en la presión como en la profundidad de los neumáticos.

Los resultados de la última campaña han sido preocupantes. El 71% de los conductores circula con una presión por debajo de lo recomendado por el fabricante. Además la mayoría de conductores no son conscientes de que este hecho, además de ser peligroso para la conducción, incrementa el consumo. Este se produce al aumentar la banda de rodadura del neumático debido a la baja presión.

Traducido en cifras, Bridgestone estima que debido a la baja presión se desperdician 2.000 litros de carburante y se emiten a la atmósfera 4,8 millones de toneladas adicionales de CO2 a la atmósfera. Además el 11,7% de los neumáticos inspeccionados contaba con una profundidad inferior a la legal, establecida en 1,6 milímetros.