La empresa aseguradora Línea Directa ha analizado casi 23.000 casos de fraude en el seguro de automóviles y ha realizado un estudio que refleja un aumento notable de los mismos durante el último año. Según el informe, el coste total del fraude para el sector asegurador alcanza los 780 millones de euros anuales, una cifra tan elevada que tendrá su repercusión en la factura a pagar en cada contrato.

El número de casos de fraude en el ramo del automóvil ha aumentado un 30% en el último año debido a la crisis económica. La alta tasa de paro, superior al 20%, el descenso de las matriculaciones de vehículos a mínimos históricos y el envejecimiento del parque, han sido factores influyentes, según indica el informe, que ha analizado más de 23.000 casos fraudulentos registrados en los dos últimos años de una cartera total de casi 1,7 millones de clientes.

Granada, Ciudad Real y Málaga son las provincias donde hay más fraude, mientras Ávila, La Rioja y Albacete son las regiones donde menos.

El 75,3% del fraude total detectado el año pasado en el sector de los seguros perteneció al ramo del automóvil, de acuerdo con los últimos datos de ICEA. Un fraude que Línea Directa estima en unos 780 millones de euros anuales, una cifra superior a la facturación anual de la gran mayoría de las aseguradoras de autos del país.

De acuerdo con los datos de la compañía, esto supone que cada asegurado paga anualmente más de un 10% en su póliza por culpa de los conductores que estafan al seguro. Un ejemplo: para un seguro a Terceros -el más habitual en tiempos de crisis- un conductor paga una prima media de 230 euros, de los que 25 euros corresponderían a los costes asociados al fraude.

TIPOLOGÍA DEL FRAUDE

Alrededor del 95% de los engaños se localiza en los seguros de coches, frente al 5% de las motos. Los colectivos más afectados por la crisis son también los que más fraude registran. En este sentido, los jóvenes menores de 26 años representan el 38,5% del total del fraude, seguidos de las empresas con flotas de coches, especialmente las PYMES, con un 28,2%. Aunque lo que más preocupa a las compañías de seguros es el fraude organizado que, en algunos casos, se perpetran en connivencia con determinados proveedores, como talleres de reparación, peritos, médicos o abogados, además de bandas especializadas en estafas a gran escala. En este sentido, aunque el número de partes fraudulentos de bandas organizadas sea menor, la cuantía económica que suponen es mucho mayor.