Joshua Brown viajaba a 119 km/h en una zona limitada a 104 –65 millas por hora– mientras su vehículo, un Tesla Model S 70D equipado con la primera versión del Autopilot, le requiría insistentemente que pusiera las manos en el volante. Él hizo caso omiso a estas indicaciones y terminó perdiendo la vida en un accidente fatal.

Hasta en siete ocasiones, su vehículo le pidió que pusiera las manos en el volante. Así lo recoge el informe preliminar realizado por la NTSB –National Transportation Safety Board– que por supuesto, ha sido recibido con entusiasmo por los responsables de Tesla. Durante el año pasado, la compañía californiana fue acusada de varios siniestros, algunos de ellos mortales, por el uso de su piloto automático. Sin embargo, hasta ahora no se ha responsabilizado de ninguno de ellos.

Los investigadores recuperaron 510 Mb de datos del vehículo que están permitiendo esclarecer lo que sucedió realmente.

El informe sugiere que Brown era “demasiado dependiente” del piloto automático y por ese motivo fue “lento” a la hora de responder a múltiples advertencias para mantener los mandos en el volante.

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Como señala el informe, el conductor “no actuó sobre la dirección ni los frenos para evitar el accidente pese a las señales de advertencia”. La agencia de seguridad y transporte norteamericana recuerda que los conductores son los responsables de sus vehículos y les insta a mantener el control de los mismos pese a que cuenten con asistentes cada vez más avanzados.