La Dirección General de Tráfico concluyó ayer su campaña especial de vigilancia a conductores de furgonetas y camiones, y lo hizo con un balance cuanto menos preocupante.
En total, los agentes de Tráfico controlaron unos 60.000 vehículos de este tipo y sancionaron a 8.589 conductores por distintas infracciones. La mayoría de ellos, hasta 1.943 sancionados, conducían con exceso de velocidad, 891 eran camioneros que habían superado sus horas, 752 presentaban irregularidades en su tacógrafo, 493 no llevaba puesto el cinturón de seguridad y 120 dieron positivo en controles de alcoholemia o drogas.
Entre estos últimos cabe destacar un caso especialmente grave, el de un camionero que manejaba un tráiler de gran tonelaje de forma irregular, dando bandazos y poniendo en riesgo otros vehículos en la N-334. La Guardia Civil lo detuvo y le sometió a la prueba de alcoholemia, que arrojó un resultado alarmante: 1,16 mg/l, casi ocho veces más de los 0,15 mg/l permitido para este tipo de conductores.
Por supuesto, el conductor del trailer fue acusado de un delito contra la seguridad vial y puesto a disposición judicial, quedando su vehículo inmovilizado. Pero en la misma carretera, otro camionero dio positivo por cannabis en la prueba de detección de drogas y se le localizaron en el camión altas cantidades de marihuana, por lo que fue sancionado con la pérdida de 6 puntos del carné de conducir, una multa de 1.000 euros, además de la consecuente por tenencia ilícita de drogas.
Entre las furgonetas que se controlaron, la mayoría fueron denunciadas por exceso de velocidad y por no tener la ITV en regla, mientras que en los camiones sus conductores fueron multados por irregularidades en los tacógrafos y exceso de horas de conducción mayoritariamente.
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