El último Adam Rocks no sería posible sin la utilización de una impresora 3D. Esta incipiente tecnología permite crear nada menos que 40 piezas de este modelo, ensamblado en la factoría de Eisenach (Alemania). Allí, un equipo de seis personas liderado por el ingeniero de simulación virtual, Sascha Holl, se encarga de imprimir y supervisar cada uno de estos elementos, todos ellos de plástico.
De esta forma, la fabricación de las piezas resulta más sencilla, rápida y por supuesto, más barata. En Opel no tienen ninguna duda sobre la aplicación de esta técnica al mundo del automóvil y aseguran que continuará extendiéndose en los próximos años. "En el futuro, más y más herramientas de montaje 3D serán integradas en el proceso de producción", subrayó Sascha Holl.
Para la realización de este proceso en el Adam Rocks, los trabajadores utilizan una plantilla específica hecha a través de impresión 3D para producir el logotipo del nombre del coche en la ventana lateral. Y para el parabrisas, una guía, también impresa en tres dimensiones, que facilita el montaje e incrementa la precisión. Otras piezas de impresora son también utilizadas para ajustar los diferentes cromados o para instalar el techo de lona corredizo.
NO SERÁ EL ÚNICO
Opel destaca que la utilización de piezas de montaje a través de impresoras 3D es algo habitual en la firma alemana, al tiempo que señaló que su utilización en los procesos productivos aumenta a diario. "La producción del Insignia y el Cabrio también se benefician de la impresión 3D, que también será empleada en el ensamblaje de otros modelos Opel. El nuevo Corsa, el Vivaro y el Mokka, serán construidos con la ayuda de herramientas de una impresora 3D", subraya la marca en su comunicado.
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