La digitalización y la automatización han hecho que sea cada vez más fácil y cómodo conducir nuestros coches. Sin embargo, este proceso requiere un intercambio constante de información entre el vehículo y su entorno, lo que deja una puerta abierta para que los cibercriminales astutos se cuelen en nuestros coches. ¿Significa esto que deberíamos renunciar a los automóviles digitalizados? Por supuesto que no. Sencillamente debemos tomar una serie de precauciones, al igual que con nuestros ordenadores, para protegerlos y disfrutar de todas sus comodidades. Así pues, los expertos de All4Sec, empresa de ciberseguridad española especializada en hackeo, nos ofrecen los siguientes consejos para evitar que tu coche sufra un ciberataque:

1.- Toma conciencia de que tu automóvil es vulnerable. Ningún coche es inmune a ser manipulado, sin embargo, dependiendo del grado de digitalización de nuestro automóvil este presentará más o menos superficie de ataque para el delincuente. La única forma de reducirlo es entendiendo que hay partes que pueden ser vulnerables y manteniéndonos alerta sobre su comportamiento.

2.- Mantén actualizado el software. La mayor parte de las veces las actualizaciones se crean para tapar brechas de ciberseguridad serias, sobre todo en sistemas atractivos para los cibercriminales. Asegúrate de mantener el software de tu coche actualizado con las versiones proporcionadas por el fabricante.

Ningún coche es inmune a ser manipulado.

3.- Escanea los dispositivos USB antes de conectarlos. Son los caballos de troya más comunes a la hora de instalar software malicioso en nuestros dispositivos. Así pues, es indispensable pasar el antivirus por cualquier dispositivo USB que tengamos planeado conectar a nuestro coche.

4.- Apaga la función Wifi y bluetooth cuando no la utilices. Recuerda, todas las conexiones son puertas de entrada y de salida. Aunque tengamos nuestro coche actualizado con las últimas versiones de software no merece la pena correr riesgos innecesarios. Desconecta el wifi y bluetooth cuando no lo uses. Tampoco te olvides de controlar a quién le ofreces (casi mejor, no lo hagas) el servicio wifi de tu vehículo.

5.- Vigila qué te descargas. El smartphone está asumiendo cada vez más funciones que antes cumplían otros dispositivos, como el mando del coche. Pero como solemos insistir, la comodidad no debe hacernos bajar la guardia. Vigila siempre qué programas y aplicaciones te descargas, una de ellas podría ser un caballo de troya para conseguir el control de tu coche.

6.- Vigila el uso de tus llaves. Con esto nos referimos a que no roben su señal. Es un paso muy básico y sin embargo extremadamente importante, especialmente cuando más funciones del coche se controlan desde la llave. Aunque existen muchas formas de hacerlo, la más sencilla es cuando apretamos el botón para abrir y cerrar las puertas. La única manera de evitarlo es cerrando y abriendo el coche con la llave en aquellos sitios que no consideramos seguros.

7.- Protege el mando de tu coche cuando no esté en uso. Este paso es una evolución del anterior. Al final sólo hay una manera de garantizar que no tomen control del mando de tu coche: poniéndolo en un sitio desde el cual los cibercriminales no puedan acceder a la señal. Por suerte, hoy por hoy venden bolsas especializadas que cumplen esa función y evitarán que alguien nos duplique el mando por “accidente”. Una de ellas la puedes comprar aquí. Se trata de un estuche que tiene un interior fabricado con dos capas de un material con capacidad de protección, dado que está fabricado con hilos de coche y una aleación de metal.

Black, pinterest

8.- Cuidado con lo que conectas al OBD2. Si no sabes lo que es el OBD2 tienes un problema. Se trata de un puerto de comunicaciones accesible en el coche que permite diagnosticar, programar o codificar los múltiples dispositivos electrónicos del vehículo. Por eso es muy importante saber dónde está y qué hay conectado a él. Algunas compañías de seguros, por ejemplo, ofrecen dispositivos que se conectan a este dispositivo para estudiar tus hábitos de conducción y así adaptar el precio de sus seguros. Al conductor responsable podría bajarle el coste de la póliza, sin embargo, también podría proporcionar una puerta trasera muy tentadora para los cibercriminales.