En el próximo lustro, los usuarios de las carreteras francesas estarán vigilados desde el aire por nuevos aparatos además de los habituales helicópteros. El Gobierno galo ha anunciado un elenco de correctivos para promover la disminución de la siniestralidad y una de ellas contempla añadir drones para desempeñar el control aéreo del tráfico.

Francia empleará estos dispositivos no tripulados para detectar maniobras que constituyan un riesgo para otros conductores, pero no para medir la velocidad. Según explicó el primer ministro Manuel Valls, su misión consistirá en denunciar a aquellos automovilistas que realicen adelantamientos peligrosos o que infrinjan los límites de distancia entre vehículos.

Otras técnicas con las que el Ejecutivo francés busca reducir los accidentes son instalar 500 radares fijos adicionales, aumentar los móviles hasta 205 en 2016, introducir otros falsos para cubrir zonas más amplias, efectuar más análisis de saliva para verificar el consumo de estupefacientes y obligar a las empresas a publicar la lista de empleados que hayan vulnerado las normas de tráfico en horario de trabajo.

De esta forma responde la Administración al preocupante incremento casi constante de los automovilistas fallecidos en el país vecino. Los 360 accidentes mortales contabilizados en julio de 2015 ya suponían una cifra un 19,2 % superior a la del mismo mes en 2014.

Las distracciones y maniobras incorrectas provocan el 75% de los accidentes mortales