Hace apenas unos días veíamos de lo que era capaz un preparador como Hennessey cuando le dejas en su taller un modelo denominado Ford Ranger Raptor. Acostumbrados a todo tipo de mejoras mecánicas, el especialista norteamericano no nos defraudó, aunque el proyecto está bastante por debajo de su hermano mayor, el Ford F-150.

En realidad, no le conocemos por ese nombre, sino por VelociRaptor V8, una denominación que nos indica el tipo de propulsor que encontraremos debajo del capó del pick-up estadounidense. Y es que si atendemos a las especificaciones de serie de este modelo, los ingenieros de la marca del óvalo se decantaron por un bloque más pequeño que no provocó un gran entusiasmo en determinado grupo de aficionados. Es por ello que la solución la tiene Hennessey, mostrándonos la diferencia real entre uno y otro gracias al vídeo que te ofrecemos.

Por un lado, nos encontramos con un Ford F-150 Raptor ‘normal’, es decir, un modelo que recurre a un bloque EcoBoost V6 de 3.5 litros con una potencia de 450 caballos y un par máximo de 690 Nm. Por otro lado, con el VelociRaptor V8. Una bestia que puede dar su máximo rendimiento tanto en carretera como fuera de ella, ofreciendo nada menos que 768 CV a 7.000 vueltas, gracias a la presencia de un bloque de ocho cilindros con 5.0 litros de desplazamiento. Una mecánica que consigue aportar ese extra de vitaminas y un sonido de lo más espectacular.

Además, el ejemplar modificado por el preparador estadounidense cuenta con unas llantas de mayor tamaño, siendo estas de 20 pulgadas, neumáticos de 37” y unos paragolpes más agresivos que aportan a la camioneta un toque mucho más intimidante. Llegados a este punto es lógico pensar que el V8 será bastante más rápido que el V6 de fábrica, pero ¿será así en la práctica? Para ello tenemos un documento que nos sacará de dudas en apenas unos minutos.

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Borja Díaz

Especialista en temas de motor y tecnología. Apasionado de la mecánica y las cuatro ruedas desde niño, ahora trato de transmitir mis experiencias a todo aquel que disfrute con el olor a gasolina, la velocidad, el placer de conducir, el diseño y el sonido de esos motores que nos ponen los pelos de punta