Estamos en San Francisco, Estados Unidos, para presenciar uno de esos accidentes sin consecuencias graves que dejan de tener su punto humorístico. El conductor de un Mercedes SLK, de unos 60 años de edad, perdió el control de su biplaza al intentar cambiar de carril en una de las principales avenidas de la ciudad. Su coche golpeó ligeramente el bordillo exterior y lugar de frenarlo para retomar el control, hundió el pie en el acelerador.

En su errática maniobra, se chocó contra un árbol, un buzón, un cartel publicitario y no descartamos que algún objeto más hasta que finalmente, terminó empotrándose contra el concesionario Tesla. Curiosamente, el establecimiento fue el que menos daños sufrió, únicamente una cristalera rota. Sin embargo, el conductor tuvo que ser hospitalizado pues se encontraba visiblemente aturdido pese a no presentar heridas de gravedad.

Por su parte, el Mercedes SLK también podrá ser reparado si bien sufrió daños considerables en su frontal que a buen seguro también afectarán al vano motor. Por supuesto, nos alegramos de que todo quedara en un susto y que por una vez podamos decir que Tesla le echó una buena mano a una marca como Mercedes pues sólo su concesionario pudo frenar.

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