Tras leer el titular de este reportaje puedes pensar dos cosas: la primera es que nos hemos vuelto locos con semejante afirmación; la segunda es: ¿qué tengo que hacer para estrenar un vehículo cada 24 meses? La respuesta se encuentra en el renting, una modalidad de alquiler a largo plazo –con opciones también a 36, 48 y 60 meses– con un único pago mensual por el uso de un automóvil en el que están incluidos el propio uso del coche así como una serie de gastos, como las revisiones, el mantenimiento básico –cambio de aceite y diversos filtros–, el pago del numerito –que es anual– y el seguro del mismo –normalmente, a todo riesgo–. Eso sí, el coche nunca te pertenece ya que es de titularidad de la compañía con la que has firmado el acuerdo; por tanto, no podrás realizar ninguna modificación –por ejemplo, cambiarles las llantas o ponerle una bola de remolque– sin que te lo autoricen porque, de lo contrario, te sancionarán por incumplimiento de contrato.
Trámites necesarios
¿Qué documentos se necesitan para firmar un acuerdo de renting? En el caso de ser un particular o un trabajador por cuenta ajena, te pedirán el DNI, la declaración de la renta del año anterior y las tres últimas nóminas. De ser un autónomo, los ‘papeles’ son mayores: el alta en el impuesto sobre actividades económicas, DNI, declaración de la renta, los impresos de los cuatro últimos pagos del IRPF así como el IVA –en este caso, si no se está exento– y el balance general de la contabilidad, tanto si lo haces tú a través de una gestoría.
Si se trata de una empresa, los requisitos son los siguientes: alta en el impuesto sobre actividades económicas o la escritura de constitución, el comprobante del último impuesto de sociedades, los cuatro últimos pagos del IVA, NIF, IRFF y balance fiscal.
A pesar de los reveses a los autónomos tras las últimas reformas –con subida de cotizaciones incluidas–, el renting permite una serie de beneficios respecto a las soluciones tradicionales de compra o al también extendido leasing –en éste no están incluidos muchos de los servicios que ofrece el primero, además de que el cliente opta a la compra final del vehículo, cosa que no suele ocurrir en el renting–.
Es posible deducirse hasta el 100% del importe de las cuotas mensuales en el impuesto de sociedades, mientras que en el IRPF son los autónomos –y no las empresas– los que sacan ‘tajo’ al considerarse un gasto directo de su actividad. no menos importante es el IVA –en la actualidad, del 21%–, del que se desgraban su totalidad también en el balance. Los particulares no se acogen a todo esto,aunque se está estudiando algunas fórmulas para que sí lo hagan en la declaración de la renta.
Una vez que firmas el acuerdo con la compañía elegida –tienes una muestra en la siguiente página–, en la factura mensual aparecerán una serie de parámetros ‘todo incluido’, como son:
- una póliza de seguro ligada al vehículo que se conduce; la modalidad todo riesgo es la elegida por la mayoría.
- Desde coche de sustitución hasta defensa de multas
- Impuesto de circulación: coste medio 150 euros.
- Cambio de neumáticos, con alineado y paralelo.
- Mantenimiento básico: con las revisiones estimadas por el fabricante, cada 15.000, 20.000 ó 30.000 kilómetros según establezca la ficha técnica.
- Reparaciones ante posibles averías.
- Reparaciones tras sufrir golpes o accidentes de consideración.
Al margen de todo esto queda el combustible –de cuyo IVA también se benefician los autónomos y con el que se consiguen mejores precios a través de las tarjetas de fidelización–, el garaje y las sanciones de tráfico.
*Nuestro Especial Renting continúa:
- Condiciones y funcionamiento: ¿Qué características tiene?¿En qué se diferencia del leasing o de una compra tradicional? ¿Dónde hacerlo?
- Lo llevamos a la práctica: Estudiamos cinco casos reales: desde un crossover urbano a un todoterreno pasando por un compacto y dos berlinas.
- Soluciones de trabajo: El renting también se aplica a los profesionales del transporte y de la carretera, muy útil para las pequeñas y medianas pymes.
