En plena polémica sobre el uso del diésel nos llega este estudio que compara los costes de mantenimiento entre un coche de gasoil y otro de gasolina. Así, según Autingo, la plataforma para calcular el presupuesto de una reparación y reservar cita online en talleres de toda España, los diésel en cuestión de mantenimiento siguen saliendo más caros a la larga que uno de gasolina.

Según sostiene el informe, hay intervenciones que pueden llegar a ser hasta 280 euros más caras en un diésel que en un vehículo de gasolina. Para llegar a esa conclusión el estudio analiza cuánto cuesta llevar un diésel al taller y si definitivamente conviene más dar el salto a la gasolina ahora que el gasóleo tiene un futuro complicado.

Para ello, se han analizado algunas intervenciones frecuentes de tres modelos muy representativos del mercado español como son el Citröen C4 II, Honda CR-V III y el Renault Scénic II. “De esta manera hemos podido confirmar que más del 55% de las intervenciones analizadas resultan más caras en un diésel siendo cada vez menos rentable hacerse con un vehículo de este tipo”, señala Diego Renedo, COO de la plataforma.

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Entre las operaciones analizadas por Autingo están los habituales mantenimientos oficiales que recomiendan los propios fabricantes. En este caso, para la intervención de de los 60.000 kilómetros, que incluye entre otras cosas el cambio de correa, tensor y polea, el presupuesto calculado para un Citroën C4 II en su versión diésel sería de 624 euros, mientras que en el de gasolina sería de 344 euros, es decir, casi 300 euros de diferencia.

En el Honda CR-V, el conductor que ha elegido la opción diésel tendría que pagar 99 euros más. Sin embargo, sucede lo contrario en el Renault Scénic de gasolina en el que esta operación resulta ser 38 euros más cara, alcanzando los 706 euros frente a los 668 del mismo modelo en diésel. Otra diferencia importante de precio la encontramos en el mantenimiento de los 100.000 kilómetros, en concreto en el Citröen C4 siendo hasta 162 euros más cara en la versión diésel que en la de gasolina.

Hay intervenciones que pueden llegar a ser hasta 280 euros más caras en un diésel que en un vehículo de gasolina.

“El mantenimiento de un coche diésel suele ser más elevado porque tiene un motor algo más complejo, con más elementos. Y, por ello, en la mayoría de los casos la intervención es más costosa que un coche a gasolina”, señala Renedo.

Esas diferencias de precio también se producen en otras reparaciones comunes como por ejemplo la sustitución del kit de embrague. Esta es una de las intervenciones más caras de los coches y si fuera necesario hacérsela a un Renault Scénic diésel costaría 838 euros frente a los 673 euros del mismo modelo en su versión de gasolina. La situación se repite con el cambio de la bomba de agua, 350 euros, 23 más que en el gasolina que cuesta 327 euros.

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Como conclusión, más allá del consumo y las cuestiones ambientales, a la hora de comprar un coche nuevo conviene tener en cuenta cuánto costará su mantenimiento durante su vida útil. Como se comprueba tras este análisis, mantener un coche de gasolina a la larga puede ser más rentable.