El sector automovilístico español reclama una inmediata renovación del Plan PIVE de ayuda a la compra de vehículos por entender que infundiría más confianza en los consumidores y ayudaría a dinamizar la economía en una coyuntura difícil como la actual.
En un comunicado conjunto las asociaciones de fabricantes (Anfac), de importadores (Aniacam), de concesionarios (Faconauto) y de vendedores (Ganvam) apuntan que los efectos positivos detectados en los primeros meses de vigencia del plan "deberían mantenerse e incluso potenciarse puesto que se ha demostrado que este Plan genera crecimiento y confianza".
Desde este punto de vista, las organizaciones sectoriales reiteran las bondades del plan en cuanto a los beneficios que ha supuesto para la sociedad y la economía española por el retorno fiscal que ha imprimido el aumento de ventas, un mecanismo importante en la lucha contra el déficit público.
Otra de las virtudes del Plan PIVE es, para el sector, la posibilidad que ha brindado a los ciudadanos de sustituir un vehículo antiguo por uno nuevo, dotado de mayor equipamiento tecnológico, innovación y seguridad, en un contexto histórico de facilidades económicas.
La actuación del PIVE ha conseguido colocar el cierre del mercado en 2012 en 700.000 turismos, cuando las previsiones eran inferiores a esa cifra y ha mejorado la situación de las redes de distribución, al detectarse un aumento del tráfico de exposición en más del 60 %.
El sector da por seguro que el actual PIVE está a punto de agotar la dotación económica asignada (75 millones de euros), con lo que ha cubierto sus objetivos dos meses antes de lo que había marcado el Gobierno.
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