Si nos sigues habitualmente, ya sabrás que el Lamborghini Huracán ha sido un éxito comercial desde el principio. Ya en su primer mes a la venta y antes de que fuera presentado oficialmente, el deportivo italiano recibió 700 pedidos, pero es que ahora, diez meses después, sabemos que es el Lamborghini que más se ha vendido en menos tiempo.

Concretamente, el Huracán ha alcanzado las 3.000 unidades vendidas en todo el mundo de las cuales 1.000 se han despachado en Estados Unidos. Para que se hagan una idea de lo que supone esto para el fabricante, en todo el periodo entre 2000 y 2012, Lamborghini nunca había vendido tantos coches. Su mejor año fue 2008, con 2.406 vehículos reservados a lo largo del curso mientras que el año pasado, que no estuvo nada mal para la marca, se conformó con 2.121 coches vendidos.

Gracias al empuje del Huracán, la casa de SantAgata cerrará el año con un récord impresionante: 3.600 unidades comercializadas en total, según ha adelantado Alessandro Farmeschi, orgulloso de la marcha tanto del Huracán como del Aventador. A nivel de distribución, el trabajo de la marca también ha sido importante y parece que está dando sus frutos. "En América hemos trabajado con nuevos socios distribuidores y mejorado nuestra estrategia de divulgación y lanzamiento, con eventos específicos que han dado buenos resultados. Ahora la gente esta expectante y hasta ansiosa para poder conducir este vehículo", se congratulaba el mandatario italiano.

En cualquier caso, sean las razones unas u otras, está claro que el éxito del Lamborghini Huracán está siendo sencillamente brutal.

Lettermark
Jose Carlos Luque

Experto y apasionado del motor y la comunicación en todas sus formas, recalé en Car and Driver a finales de 2007 y desde 2016 dirijo este site. Periodista de vocación y formación, conservo buenos contactos en el sector y trato de que la información que leas aquí sea la más inmediata, completa y veraz. Pero también realizo pruebas, comparativas, noticias, entrevistas... y en mis ratos 'libres' crío a tres niños pequeños que –con diferencia– es el trabajo más duro de todos los que he hecho jamás.