Buenas carreteras y un Ferrari entre las manos hicieron que el recientemente condenado conductor rodara aquél nefasto día a más de 250 kilómetros por hora. Tal velocidad alarmó a dos motoristas de la policía que iniciaron supersecución.

Al principio resultó infructuosa, ya que acelerando hasta 240 por hora no conseguían alcanzar al bólido italiano para detenerle. Pero al cabo de unos largos kilómetros, un radar fijo obligó al conductor fugitivo a disminuir su velocidad, lo cual fue aprovechado por los agentes de la policía de carreteras para darle alcance y denunciarle. El pasado mes de abril recibió una multa de 5.000 francos suizos, unos 4.000 euros aproximadamente.

El imprudente conductor recurrió y la cosa fue a peor. Según la sentencia, publicada en el diario La Tribune de Genève, el Tribunal Federal suizo ha elevado la sanción hasta los 20.000 euros, ya que en el país helvético se tiene en cuenta la posición económica del sancionado para establecer la cuantía de las multas. Y resulta que en este caso, el sancionado es jugador profesional de póker, con unos ingresos declarados de unos 22.000 euros mensuales.

Además, según concreta la sentencia, el conductor del Ferrari tendrá que pagar las costas del proceso, otros 3.300 euros. Como ha podido comprobar este conductor del Ferrari, con la justicia suiza es mejor no jugar al póker.