Recogían neumáticos usados, los seleccionaban y comercializaban después en el mercado negro. Hablamos de una organización criminal con ramificaciones en Europa, Latinoamérica y África que operaba desde nuestro país, concretamente desde Málaga, y que acaba de ser desarticulada.

La operación, denominada ‘ROTAMM’ –del verbo rotar y con la ‘m’ de Málaga–, involucró a cuerpos policiales de 17 países y tres continentes y se saldó con la detención de nueve sospechosos, el registro de 17 casas y la incautación de numerosos neumáticos usados. Según los investigadores, se estima que esta banda criminal habría despachado nada menos que 200.000 ruedas en estas condiciones durante los últimos cinco años, obteniendo un beneficio de 1,8 millones de euros a los que hay que añadir los casi 300.000 euros que eludieron al prescindir de los sistemas integrados de gestión –SIG– por la entrada incontrolada de neumáticos de otros países.

Así lo destaca la Guardia Civil en su informe, en el que menciona también la colaboración con Europol y Ameripol que les llevó al éxito. Según se relata en el mismo, los neumáticos, generalmente procedentes de España y otros países europeos "donde existe la cultura de cambiarlos pronto" eran almacenados en una nave malagueña desde la que viajaban a países como Bulgaria, Polonia, Portugal, Francia o Alemania dentro de Europa, pero también a Bolivia, Colombia, República Dominicana, Panamá, Paraguay o Puerto Rico –en América– y Congo, Ghana, Mauritania y Senegal, en África.

En función de las condiciones de uso en las que se encontraran las gomas, éstas tenían por destino un país u otro, quedando reservados para los más desfavorecidos los compuestos más castigados.

Durante los seis meses que se alargó la investigación, el Juzgado de Instrucción número 1 de Antequera –Málaga– estuvo dirigiendo la misma y ahora se encargará de juzgar a los detenidos. "En la Unión Europea, el tráfico de residuos ilícitos suele ser llevado a cabo por los principales grupos delictivos organizados que operan en todo el mundo con la ayuda de estructuras comerciales legales, actividades de corrupción y blanqueo de dinero. En la lucha contra el crimen organizado, la cooperación policial internacional es primordial", asegura Jari Liukku, Jefe del Departamento de delitos organizados de la Europol.